El productor estadounidense David Brian Pearce, de 42 años, fue sentenciado a entre 146 años y cadena perpetua en una prisión estatal de California, tras ser hallado culpable del asesinato de la modelo Christy Giles y su amiga, la arquitecta Hilda Cabrales-Arzola, además de múltiples delitos sexuales cometidos a lo largo de más de una década.
La sentencia fue dictada este miércoles 29 de octubre, según confirmó la oficina del fiscal del distrito del condado de Los Ángeles a la revista People.
Drogadas y abandonadas frente a hospitales
De acuerdo con la investigación fiscal, las dos jóvenes conocieron a Pearce en una fiesta en el este de Los Ángeles durante la madrugada del 13 de noviembre de 2021. Horas después, el productor las llevó a su apartamento en Beverly Hills, donde les suministró fentanilo y GHB, una sustancia asociada a agresiones sexuales.
Minutos más tarde, Cabrales-Arzola intentó solicitar un transporte por aplicación, pero nunca llegó a concretar el viaje. Según la policía, Pearce y su compañero de piso, el actor Brandt Osborn, abandonaron a las mujeres frente a distintos hospitales.
Christy Giles fue encontrada sin vida fuera de un hospital en Culver City, con rastros de cocaína, ketamina, fentanilo y GHB en su organismo. Hilda Cabrales-Arzola fue hallada inconsciente en el exterior del Centro Médico Kaiser Permanente, y falleció días después debido a un fallo multiorgánico causado por una sobredosis.
Un historial de abusos
Durante el juicio, el fiscal adjunto Seth Carmack sostuvo que Pearce drogaba a sus víctimas “para facilitar la agresión sexual”. Además de los asesinatos, fue declarado culpable de violación y abuso sexual contra siete mujeres entre 2007 y 2021.
“El acusado es un violador, y ahora también es un asesino”, declaró Carmack ante el jurado.
La madre de Christy Giles, Leslie Giles, relató al programa 48 Hours de CBS cómo se enteró de la muerte de su hija:
“Me dijeron: ‘Lamento mucho informarle que la dejaron en nuestro hospital, como si fuera una bolsa de basura’. Y me informaron que no había sobrevivido. Me derrumbé”.