Biógrafo de ’Mekano’ muestra lo que no vimos en pantalla: "Hoy la televisión no arriesga nada"

A 18 años de su última emisión en TV abierta, una investigación periodística se propuso reconstruir (y de paso, develar) la historia oculta detrás de uno de los programas juveniles más exitosos de la pantalla chica chilena: “Mekano” (1997-2007).

La gesta la emprendió el periodista Patricio Rojas Saa y el resultado se llama “El diario íntimo de Mekano” (Planeta, 2025): un colorido libro que aplicó técnicas del periodismo de investigación para rearticular la trama subterránea del espacio que catapultó nombres como José Miguel Viñuela, Álex Hernández, Axé Bahía, Cathy Barriga y Fabricio Vasconcellos, entre otros.

“Yo quería hacer una crónica completa de 10 años de programa”, explica Rojas en diálogo con BioBioChile. “Algo de eso se logró. Lectores me han dicho que se cumple la promesa que les hago: que voy a contar lo que no se vio de Mekano”, explica.

En “El diario íntimo de Mekano”, Rojas esquiva la ola local de relatos corales para plantear una investigación a la antigua: con fuentes en on y en off, reconocibles e invisibles, con documentos judiciales y hasta gráficos que muestran con la frialdad de los números el tamaño del fenómeno.

Temas como el origen del axé en Chile, el “manejo de camarín” de Álex Hernández y la vida secreta y paralela de los tonificados integrantes del elenco mientras sorteaban el éxito, confluyen en esta ruta que también entra en el declive y la decadencia de una fórmula que por años fue tema nacional.

En los 2000, Rojas conoció de cerca los ecos del programa desde su rol como periodista en Las Últimas Noticias. “Hoy en día parece raro todo eso: adolescentes bailando casi como si fuese un club nocturno, a las 6 de la tarde. Pero estando en ese momento, curiosamente era supernormal. Era supernormal lo que pasaba, lo que se veía y lo que se mostraba”, recuerda.

“La crítica que se le hacía al programa en esa época no estaba dirigida al tema erótico. Esto lo conversé con el crítico de TV, Larry Moore, que también está entrevistado en el libro. Me decía: ‘A Mekano se le criticaba la falta de contenido, lo que también es falaz porque sí tenía contenido. Lo que pasa que no tenía contenido cultural o educativo"”, dice.

Por esos días, ‘Mekano’ era un programa de entretenimiento completamente “normal”. “Hoy día, en cambio, se vería casi como una afrenta, como algo horrible, espantoso. Bueno, tiene muchas cosas de eso también, pero hoy día lo sabemos”, cuenta.

El primer capítulo del programa, hoy rescatado en YouTube en el canal oficial de Mega, comprueba que el plan original era otro: un espacio mucho más parecido a los shows misceláneos de MTV en los noventa, con Verónica Calabi como conductora, bandas de rock y figuras del porte de Iván Zamorano pero fuera de su hábitat natural: desempolvando sus canciones favoritas, las películas que los marcaron, etc.

(P): ¿Crees que hay un ‘vacío literario’ sobre aquella época? ¿Se ha escrito poco de los 2000 y lo que ocurrió en Chile en esos años?

(R): Faltaba contar ese Chile: ese Chile pre Boric, pre revolución estudiantil y pre redes sociales. Ahí hay un cambio importante, en Chile y el mundo. Pre redes sociales todo era completamente distinto. Este es un granito de arena sobre un fenómeno que, para mi gusto, es el más relevante de la televisión chilena de esos años. O sea, lo que hizo Mekano, lo que marcó Mekano, no tiene parangón, no tiene competencia. Mekano juega en la liga del Festival de Viña y la Selección Chilena, a nivel de audiencia.

(P): ¿Por qué crees relevante abordar esas historias?

(R): Soy un convencido de que si no entendemos los fenómenos pop, tampoco podemos entender lo otro: no podemos entender nada. O sea, estamos recién saliendo de un proceso electoral donde en la Primera Vuelta se sorprendió mucha gente con la votación de Franco Parisi, por ejemplo, y todas esas personas sorprendidas lo están porque no conocen de qué vive o qué fenómenos pop está consumiendo hoy la gente.

(P): ¿Costó que las fuentes hablaran?

(R): Hay ausencias en el libro que son más o menos evidentes. Yo, por respeto también a esas personas, no las nombro; si no quisieron hablar, no tengo por qué salir públicamente a decir que no quisieron. Salvo en algunos casos específicos. La productora general de Mekano, que es un personaje superimportante y que está mencionada muchas veces, no quiso, por ejemplo. Tampoco quiso hablar la chica que denunció a Alex Hernández por acoso sexual. Ella perdió el juicio contra él. Pero las principales fuentes están.

Para mí, era superimportante que Álex Hernández cediera a hablar conmigo. Finalmente, hablamos; yo debo tener 15 horas de entrevistas con Hernández. Me recibió cinco veces. Y fue necesario y generoso.

(P): Después de esa experiencia: ¿cómo definirías a Álex Hernández? ¿Crees que la industria le ha dado el reconocimiento que merece por su trabajo en Mekano?

(R): En los medios, cuando hablamos de alguien, necesitamos una etiqueta: un patrón de conducta. Y al momento de referirnos a Hernández, también necesitamos una. Y esa etiqueta, creo, ha sido un poco equívoca. Él no es un genio, no es el Dalí de la televisión. Es un gallo que se diferencia del resto de la gente únicamente por el lugar en el que trabaja. Porque, como mucha gente, tiene superclaro cuál es su objetivo en la vida, su objetivo profesional, y casi obsesivamente trabaja para conseguirlo. Y con eso, te estoy describiendo a miles de personas que encontramos en los trabajos, en la calle, en la casa: hay miles de personas como él. La diferencia respecto de él, respecto del resto, es que su trabajo es público y visible.

(P): Hoy en día, en TV abierta, hay poca producción nacional. ¿Crees que eso de alguna forma repercute en cómo recordamos a Mekano? ¿Terminó siendo injusto el negocio televisivo con las ‘viejas glorias’ del programa?

(R): Hoy, la tele no arriesga nada. O sea, la tele básicamente lo que hace es copiar formatos exitosos, pero no hay nada nuevo. Si hay un programa de cocina que le va bien, al mes siguiente hay cuatro. Y eso se repite con los reality, con la farándula. Eso como primera cosa.

Y respecto a lo segundo, creo que las viejas glorias de Mekano no tienen mucha cabida hoy día en los medios masivos. Porque era gente que no tenía mayor talento, ni como artistas, ni como actores, ni como cantantes. Su único soporte era el programa. Y cuando el programa se acabó, bueno, en realidad se acabó todo lo que podían ofrecer. Hay dos, tres o cuatro excepciones.