Pese al confinamiento que vivimos en la actualidad, en algún momento volveremos a una posible nueva normalidad donde tendremos que retomar actividades tan sencillas como ir a la oficina, hacer trámites y tomar el transporte público, entre otros.

De hecho, el uso de la mascarilla y alcohol gel en las manos y superficies ha sido un paliativo importante para frenar la pandemia, pero será necesario extremar las medidas de cuidado en virtud de no repetir problemas de rebrotes que han sufrido en las últimas semanas otros países.

Es por esto que la industria nacional del vidrio viene trabajando en la creación de biombos hechos con vidrios de seguridad, los cuales actúan como barreras físicas no invasivas visualmente y resistentes, transformándose en una solución idónea para reducir el riesgo de contagio por Covid-19.

“La pandemia del coronavirus ha afectado la manera de entender las barreras que, como sociedad, debemos respetar en nuestras relaciones personales y en espacios públicos”, dijo al respecto Gonzalo Acevedo, gerente comercial de Vidrios Lirquén.

“La distancia de seguridad, el uso de mascarillas, un refuerzo de la higiene y la opción de biombos con vidrios blindex laminados serán medidas indispensables que tendremos que reforzar al momento de pensar en una posible nueva normalidad”, aseguró el ejecutivo.

Las pantallas, o biombos, no requieren instalación por parte de un profesional, lo que facilita su compra a los interesados en adquirir esta tecnología.

“Uno de los mejores ejemplos son las oficinas, donde generalmente trabajan más de cinco personas, las cuales necesitarán espacios cerrados para no tener contacto directo con sus compañeros de trabajo, evitando contagios sin perder la luminosidad y el hecho de verse entre unos y otros, lo cual me parece que es un punto clave de considerar”, comentó.

De acuerdo al Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, el SARS-CoV-2 puede durar sobre el vidrio hasta cuatro días.

De acuerdo a estudios y estimaciones de la misma entidad, el patógeno se mantiene activo por hasta cinco días en papeles y plásticos, lo que baja a 48 horas en acero.