Hace unos 4 años atrás, en la Cámara de Diputados se alcanzaba un acuerdo para destrabar la reforma previsional, que distribuía 3-3 las nuevas cotizaciones previsionales contenidas en el proyecto.

Con ese acuerdo el proyecto logró su aprobación en la Cámara, mas no corrió después la misma suerte en el Senado, instancia donde aún se encuentra.

Punto aparte, pero que merece ser recordado, es que en aquella oportunidad el entonces diputado Gabriel Boric votó en contra la idea de legislar, haciendo un llamado al Gobierno de entonces para que separara el proyecto, avanzando solamente con el componente solidario (lo que al final terminó ocurriendo).

Si bien 4 años puede parecer un plazo corto, sobre todo en materia previsional, los cambios de circunstancias que han ocurrido durante este plazo hacen que lo que antes era válido, hoy al menos no lo sea. ¿Qué ha ocurrido durante estos 4 años? Principalmente los retiros de ahorros previsionales y la creación de la PGU.

El primero de estos aspectos, los retiros de ahorros previsionales, hicieron que 50 mil millones de dólares que estaban destinados a las pensiones, dejaran de estarlo, afectando con ello el monto de las actuales y futuras pensiones autofinanciadas.

Este es otro argumento del por qué se debe reforzar el ahorro individual, a fin de recuperar parte de esos recursos; sumado a que ya hace rato sabemos que con un 10%, dadas las rentabilidades y promedio de años cotizados actuales, la parte autofinanciada de las pensiones no alcanza los parámetros esperados.

El otro aspecto es la PGU, mayor innovación en materia previsional de los últimos años, que según algunos estudios equivale a lo menos a 5 puntos de cotización destinados a solidaridad. Entre otros aspectos la PGU varió significativamente las tasas de reemplazo actuales y futuras, evidenciando que el mayor esfuerzo se debe concentrar en las segundas.

Querer destinar hoy parte del actual ahorro para las pensiones actuales, no se condice con la evidencia que marcan los cambios en materia previsional de los últimos años. No siempre lo que era una buena idea antes lo sigue siendo después, se debe ponderar los cambios acaecidos en el intertanto.

Otra enseñanza que nos deja lo ocurrido en los últimos años es lo eficiente y transversalmente aceptado que es realizar solidaridad con impuestos generales. La PGU mejoró drásticamente las tasas de reemplazo, dejándolas en parámetros internacionales, y su aprobación fue unánime en el Congreso, sin la división y controversias que la actual propuesta genera.

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