Aunque hoy la agenda política y la de seguridad se toman los medios, hay temas que no podemos dejar de monitorear. Las alertas sanitarias decretadas en algunas localidades de Chile por los casos de Influenza Aviar (IA) en planteles de aves productoras de carne y huevo, en mamíferos marinos e incluso humanos, siguen siendo una preocupación para el país, como ocurre también en otras naciones a nivel mundial.

Los últimos eventos importantes de IA en Chile se registraron en 2002 y 2017 y se abordaron eficazmente gracias a la rápida gestión del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y los propios productores. Esto, porque la industria avícola nacional cuenta con elevados y exigentes estándares de producción que permitieron controlar los brotes de manera oportuna para así reducir sus potenciales efectos económicos y productivos. De ese modo, somos optimistas sobre la evolución que puede tener el brote actual.

Lo cierto es que, debido a las consecuencias de la influenza aviar en Estados Unidos y en Europa, las exportaciones chilenas de pollo lograron crecer un 19% del año 2021 al 2022 y los envíos de pavo un 182%. En total, el año pasado se exportaron US$ 1.537 millones (US$ 540.174 de pollo y US$ 174.575 de pavo).

Pero más allá de los números, la avicultura chilena es reconocida por sus altos estándares de bioseguridad, sanidad e innovación que le han permitido mantener una producción sustentable y acorde a los nuevos tiempos: amigable con el medio ambiente y preocupada por el bienestar animal.

En el ámbito sanitario, por ejemplo, se registran fuertes inversiones en materia de bioseguridad y prevención con la incorporación de nuevas tecnologías en vacunas que ayudan a prevenir y controlar enfermedades que tienen un gran impacto económico en la producción avícola. Esto ha permitido que Chile goce de altos estándares sanitarios, lo cual es reconocido a nivel mundial en los diversos mercados de exportación.

En materia ambiental también se ha avanzado notablemente. Las empresas productoras de carnes blancas forman parte del programa Chile Origen Consciente, liderado por el Ministerio de Agricultura, que permite que los productores midan y certifiquen sus estándares de sostenibilidad. Por otra parte, en materia de economía circular y eficiencia hídrica, particularmente, se han implementado importantes mejoras, lo que ha contribuido a una menor emisión de gases de efecto invernadero y a la reutilización del agua empleada en los procesos productivos.

Asimismo, los avicultores chilenos han desplegado notables esfuerzos para mejorar el bienestar animal y han demostrado una gran preocupación por el adecuado uso de antibióticos. En este ámbito, la Asociación de Exportadores de Carnes de Chile A.G.(ChileCarne) ha implementado el “Programa de Buena Salud de las Carnes Blancas”, cuyo propósito es promover el uso responsable y prudente de los antimicrobianos, considerando los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial para la Sanidad Animal (OMSA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Todos estos avances no serían posibles sin innovación y desarrollo. Gracias a las labores de I+D de numerosas compañías que caminamos junto a este sector, la industria hoy cuenta con variadas herramientas que le permiten responder de la mejor forma posible a los principales desafíos y retos en materia de sanidad y sostenibilidad.

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