Las políticas públicas no siempre deben propender al reconocimiento inmediato, gobernar con responsabilidad también significa mirar el futuro y las próximas generaciones.

El litio es clave para frenar el cambio climático y tenemos las mayores reservas del mundo. Los países requieren de Chile para enfrentar este proceso de transición energética, solo la Unión Europea para el año 2030 necesitará 18 veces más litio que el que utiliza actualmente. En el marco de la transición verde y el combate al cambio climático, la apuesta es por la electromovilidad, cuya base es el litio. También el cobre.

En este sentido, Chile posee alrededor del 51% de las reservas mundiales del litio, pero por años hemos sido incapaces de unificar criterios y políticas para desarrollar la industria y satisfacer una demanda que sin duda va en aumento exponencial, en tanto nos encontramos frente a un fuerte aumento en la fabricación de baterías basadas en litio utilizadas para vehículos eléctricos, celulares, computadores, entre otros usos.

Es urgente ampliar la participación a más actores en el mercado -no descartando además la creación de una empresa nacional del litio- para fomentar la competencia y así, aumentar la productividad y el aprovechamiento del recurso, lo que sin duda traerá muchos beneficios a nuestro país, pues se estima incluso que podría aumentar en 1% o 2% del PIB.

Hoy en Chile se producen cerca de 200 mil toneladas de litio al año. Si se abre la industria, ese número se podría fácilmente triplicar, lo que supone importantes ingresos para el fisco por concepto de impuesto y royalty, que podrían llegar a equivaler entre un 1% y 2% del PIB cada año. Por tanto, la oportunidad de desarrollo que nos ofrece el litio no la podemos desechar.

La importancia de los privados en esta área estratégica para el país no debe ser despreciada por el Gobierno, debemos generar alianzas que nos permitan aprovechar el know-how de quienes llevan un camino recorrido, además agilizar las autorizaciones que permitan aumentar iniciativas de exploración y explotación del mineral, siempre respetando la normativa medioambiental vigente.

Por tanto, como parlamentarios nos encontramos frente a un gran desafío y responsabilidad, la cual no eludiremos. La modernización de nuestro ordenamiento jurídico es imprescindible si queremos avanzar sin barreras y con más impulso que nunca en una renovación de la matriz energética, acorde a los estándares internacionales en cuánto a producción sustentable y responsable de energía, aprovechando al máximo los recursos disponibles, todo en miras de ser protagonistas y competitivos en un mercado global que necesita del litio chileno.

Álvaro Carter y Marco Antonio Sulantay, diputados UDI y Miembros de la Comisión de Energáa y Minería.

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