El progreso económico de Chile sí puede ir de la mano del desarrollo sustentable. Sabemos que necesitamos avanzar en sofisticar nuestra economía y matriz productiva, y la clave está en no explotar de manera intensiva y despreocupada nuestros recursos naturales. Nuestra estrategia debe ser diferente.

La economía en sí tiene que crecer, tiene que generar riqueza y ¿cómo lo han hecho los países industrializados, los que siempre miramos como los grandes ejemplos? Ellos lo hicieron a costa de la naturaleza, en un momento en el que nadie sabía de emisiones de gases de efecto invernadero ni mucho menos de cambio climático, en un momento en que nadie creía que el aire se iba a contaminar tanto y que el planeta se rebelaría.

Todos esos países, las actuales grandes potencias, avanzaron en un proceso de modernización de su economía, de industrialización, pero lo hicieron e incluso algunos lo siguen haciendo, a costa del medio ambiente.

Chile es el país que puede romper el paradigma de que para ser una economía potente, generar más dinero en el país y darle más prestaciones a los habitantes, es imposible no impactar negativamente el medio ambiente.

Nosotros podemos hacerlo de la manera correcta, porque ahora tenemos tecnología, sabemos cosas que antes no sabíamos, conocemos lo que está pasando, sabemos dónde tenemos que ir y cómo tenemos que hacerlo.

Entonces por eso es que Chile, aunque no es el gran emisor de CO2 del mundo, debe ser uno de los más preocupados en generar una economía baja en carbono. Debemos ser el ejemplo de que sí se puede crecer cuidando el medio ambiente y las comunidades. Si nosotros lo podemos lograr, el resto de los países nos verán como un ejemplo.

¿Y por qué esta oportunidad es tan buena para Chile? Porque somos un país pequeño, un mercado pequeño desde el punto de vista del consumo interno, lo que nos obliga a ir a otros mercados a vender nuestros productos, servicios, tecnología y conocimiento. Si esto incluye la conservación del medio ambiente y la sustentabilidad, nuestros productos y servicios van a estar mejor posicionados.

Les pongo un ejemplo: hoy nos enfocamos en vender 1 millón de manzanas, mi propuesta es que vendamos 500 ó 300, pero de buena calidad y con un sello sustentable. Hacer algo así incorpora más actores de la cadena productiva y tiene una mayor retorno no solo para la empresa que produce, porque vende a un mejor precio o accede a mercados más sofisticados, sino porque además crea riqueza para el ecosistema, que se beneficia al proveer otros productos y servicios a esa misma empresa, que también van en la misma línea.

Y también se benefician las comunidades donde esas empresas están instaladas, porque mejores empresas, también crean mejores empleos y se convierten en un actor importante del cuidado del entorno.

Nosotros podemos diferenciarnos y ser líderes en demostrar que se puede lograr un desarrollo a través de la sustentabilidad pero en serio, no solo con un reporte anual, que poco foco tiene en el impacto y las mejoras efectivas, podemos hacerlo con medidas concretas y resultados medibles.

Por María Luisa Lozano, CEO y Fundadora de EMMA Energy.

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