Los indignados reclamos de padres y apoderados haciendo largas filas para conseguir un cupo para sus hijos, durante el período complementario de matrículas en colegios adscritos al Sistema de Admisión Escolar (SAE), refuerza la conclusión de que una mala experiencia de usuario, aunque sea puntual, impacta gravemente en la imagen de una institución o servicio.

Si bien el SAE funciona online en su fase regular de postulación, lo que resuelve más del 70% de la asignación de matrículas, esta etapa de cambios de colegio y listas de espera se gestiona presencial en cada establecimiento, lo que resulta especialmente complejo cuando hay alta demanda por esos cupos. Y las consecuencias son evidentes: largas esperas, filas a la intemperie, sensación de pérdida de tiempo y baja confianza en el sistema.

En ese sentido, el anuncio del Ministerio de Educación de solicitar a los colegios la digitalización futura de esta parte del proceso apunta en la dirección correcta. Hoy, la tecnología disponible facilita la reserva previa en línea, con día y hora, incluso desde el celular, para una mejor atención física y virtual de los padres y apoderados. Ello permitiría un mejor uso del tiempo, mayor comodidad en la atención y más confianza en el sistema.

La experiencia de esta herramienta en otros ámbitos -como notarías, farmacias o servicios financieros- muestra buenos resultados: 70% de reducción de los tiempos de espera y 98% de satisfacción del cliente. Con mayor razón, entonces, es necesario y urgente avanzar en la modernización de un proceso tan importante para miles de familias, como lo es la educación de sus hijos.

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