El Día de los Patrimonios es una actividad singular y destacada que abre la cultura material a una gran audiencia. Uno de los factores más destacables de esta iniciativa es la apertura que ha tenido el propio concepto de patrimonio.

En el siglo pasado, se asociaba a la preservación, a mantener algo en su estado original, incluso a veces, alejándolo de la vida cotidiana y el contexto actual.

Existen varias aproximaciones a la definición de patrimonio y su alcance e interacción con la sociedad, sin embargo, podemos decir que muchas ideas actuales sobre la preservación privilegian fomentar la actualización, la transformación y sobre todo el uso activo de lugares y edificaciones.

Más aún, una noción que ha tomado fuerza recientemente es la de patrimonio intangible, el que recoge toda cultura no material que se necesita fomentar y proteger, y que incluye saberes, expresiones culturales, vínculos sociales o procesos naturales, entre otros.

Pensemos, por ejemplo, que es en la poesía y en el cine donde nuestro país ha tenido los reconocimientos más destacados a nivel mundial con los premios Nobel y Oscar. Es decir, de lo más destacado históricamente de Chile globalmente, es su patrimonio intangible.

Resulta atractivo entonces preguntarnos por la relación entre el patrimonio tangible e intangible, para poder disfrutar de un patrimonio vivo, contrario de uno inerte y aislado.

En particular, preguntarnos por el espacio en el cual se produce esta relación, ya que el inmaterial está íntimamente ligado a los lugares donde se produce, por lo tanto, es parte también de un contexto físico. Entonces, más que esforzarnos en separar en distintas categorías, deberíamos pensar las relaciones y cruces que se producen y, sobre todo, en cómo estas relaciones finalmente generan nuestra cultura.

En el contexto actual, la cultura se ha visto mermada por la pandemia y las consecuencias económicas y falta de políticas de apoyo que derivaron. Sin embargo, paradojalmente ha sido también la cultura la que nos ha permitido sobrellevar los momentos demandantes de encierro e incertidumbre.

Por tanto, este Día de los Patrimonios nos sirve no solo para ver el pasado y su cultura, sino que además para pensar profundamente cómo protegemos y potenciamos la cultura de hoy, ya sea manifestada desde la arquitectura, el arte, la literatura, el cine y animación, el diseño y la creación en general. Y por sobre todo, es una oportunidad para pensar cómo le brindamos a la producción cultural el lugar que merece, aprendiendo del pasado y mirando hacia el presente para un patrimonio integrado a futuro.

Juan Pablo Corvalán decano Facultad de Arquitectura, Diseño y Construcción UDLA; y Rodrigo Valenzuela, director Escuela de Arquitectura UDLA.

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