Soy médico de familia y me enorgullece mi trabajo en APS (Atención Primaria de Salud). Sin embargo esta semana he tenido que leer y escuchar a autoridades una y otra vez demostrando que no tienen idea del trabajo que hacemos.

Desde marzo con mi equipo hemos estado haciendo y rehaciendo planes, buscando de alguna forma darle continuidad al rol fundamental de la APS, viendo cómo salir a buscar a nuestros enfermos crónicos mientras llevamos una cuarentena eterna, generando call centers improvisados, llamando a pacientes incluso desde nuestros teléfonos personales.

Incorporando a nuestras actividades todos los procesos asociados a COVID aún antes de que MINSAL reconociera que teníamos que hacerlo, al mismo tiempo que reorganizamos nuestras acciones para llegar a las personas mayores con despacho de medicamentos.

Pensando en cómo coordinar controles a lo largo del curso de vida por vía telefónica y dándonos cuenta que tantas cosas realmente siempre pudimos hacerlas por esa vía.

Adaptando la casa para teletrabajar cuando fuera necesario. En mi caso comprándome un computador porque la ficha clínica no funcionaba en mi Mac. Y lo hice sin siquiera quejarme, para mi era sólo lo lógico, porque hay un compromiso con mi trabajo.

NO elegí la medicina de familia ni la APS por el prestigio ni mucho menos por el sueldo. No me voy a quejar: vivo bien, soy un privilegiado. Elegí mi especialidad pues en un cuidado continuo, integral y centrado en las personas es donde siento que soy un aporte.

En esta pandemia lucho continuamente por poder mantener esos elementos centrales en mi trabajo. Sin embargo, la mayoría de los pacientes que he atendido en estos meses los he visto una sola vez y probablemente no los volveré a ver. Sé que eso no sirve. Para eso cerramos el boliche y esperamos la ola de infartos y ACV en las urgencias. De hecho, las consecuencias de la pandemia las seguiremos viendo quizá por décadas.

Por ello sigo buscando formas de volver a tener un modelo de APS que funcione pese a COVID-19. Y por eso estoy un sábado trabajando fuera de horario, protocolizando, haciendo flujogramas y agendas, sólo para ver a Enrique Paris mentir diciendo que gano más de 5M y bonos varios.

Lograr salir de esto es con compromisos firmes. Haciendo equipo y sacando los oportunismos. Necesitamos a tomadores de decisión que de verdad den importancia a la APS y no sólo en el discurso.

No necesito que el ministro me ofenda mientras le trabajo gratis un sábado.

Jorge López
Médico de familia
Cesfam Alerce

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