Esta Navidad, en vez del Grinch, Chile sufrió la reaparición de Irina Karamanos.

Fue justo el 24 de diciembre recién pasado, cuando la expareja del presidente Gabriel Boric hizo una publicación en redes sociales para criticar el anunciado retorno del rol de Primera Dama bajo el próximo gobierno de José Antonio Kast. Según Karamanos, sería “todo un dilema” para María Pía Adriasola el de “salvar la austeridad anunciada por su cónyuge o salvar una tradición que —retrocediendo el reloj— llena el ‘vacío’ dejado por reinados”.

La ironía es brutal: quien eliminó un cargo que podría haber usado para generar cambios significativos, ahora critica a quien lo retomará.

¿Pero cómo llegamos a esto? Si hacemos memoria, el 30 de marzo de 2022 se oficializó una resolución que modificaba y eliminaba el cargo de Primera Dama, creando en su lugar un “Gabinete Irina Karamanos”. Esto provocó tal polémica que en menos de tres meses, la Dirección de Prensa de la Presidencia dejó sin efecto la modificación, calificándola como un “error administrativo”.

El tema no terminó ahí. El 29 de diciembre del mismo año, Karamanos oficializó el cierre definitivo de la Coordinación Sociocultural de la Presidencia, argumentando que las instituciones del Estado ya estaban “a la altura” para hacerse cargo de las fundaciones, siendo “más idóneo en términos profesionales” que una persona que fuera “pareja o cónyuge de un Presidente”.

Los beneficios personales de Karamanos

Curiosamente, tras dejar su rol en La Moneda, la carrera personal de Karamanos despegó. En octubre de 2023, presentada como “líder feminista” y “ex primera dama de Chile”, realizó una charla TED en el encuentro TEDWomen 2023 en Atlanta. Según la organización del evento, Karamanos “comenzó a reformar el cargo, despojándose de muchos de sus poderes institucionales, que considera antidemocráticos”.

Además de sus charlas TED, el año pasado se desempeñó como curadora de arte en la exposición de Mariana Najmanovich y ofreció un “seminario de profundización” sobre estudios de la discriminación a través del Instituto Internacional de Filosofía y Estudios Sociales, tras lo cual la diputada Catalina del Real (Republicanos) acusó a Karamanos de haber “utilizado su posición para realizar viajes al extranjero y posicionar sus propios proyectos personales, utilizando el aparato estatal”.

La Primera Dama del Mundo

Pero más allá del dinero que pudo haber bien o mal utilizado, algo que me duele especialmente es que Karamanos eliminara el cargo por considerarlo anacrónico y poco “contemporáneo”, desconociendo que fue precisamente una Primera Dama la que logró uno de los mayores avances de la historia en materia de respeto a los derechos humanos.

Tras la inesperada muerte de su marido en el ejercicio de su cargo, el presidente Franklin D. Roosevelt, Eleanor Roosevelt fue nombrada presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en 1946 por el ahora presidente Harry Truman, orquestando la creación de la Carta de Declaración Universal de los Derechos Humanos, tras presentarla a la Asamblea General de la ONU en 1948.

Eleanor Roosevelt
Eleanor Roosevelt

Como presidenta de esta comisión compuesta por 18 miembros de distintos contextos políticos, culturales y religiosos, Roosevelt fue fundamental para aunar voluntades y garantizar un texto que aspirase a la universalidad y a la igualdad en todos los aspectos del ser humano. El papel de Eleanor Roosevelt y de otras mujeres como la diplomática india Hansa Mehta, que consiguió sustituir la frase “todos los hombres nacen libres e iguales” por “todos los seres humanos”, fue decisivo.

La aprobación de la Declaración el 10 de diciembre de 1948 convirtió a Roosevelt, en palabras del presidente Truman, en “la primera dama del mundo”, pero su legado como Primera Dama había comenzado mucho antes. Eleanor Roosevelt transformó el rol para convertirlo en un pilar constructivo de políticas públicas: protagonizó ruedas de prensa, dictó conferencias, expresó abiertamente sus opiniones en columnas de periódicos, y viajó mucho por el país para apoyar causas de derechos civiles y derechos de las mujeres.

El contraste con Chile

En nuestro país el cargo también había dejado huellas significativas. Precisamente a partir de las últimas declaraciones de Karamanos, la diputada Sofía Cid recordó que “el rol de la primera dama es una institución aliada que sin duda permite realizar grandes aportes, como lo hizo Luisa Durán con el programa “Sonrisa de Mujer”, o como lo hizo Cecilia Morel con “Elige vivir sano”.

Pero Karamanos optó por un camino diferente. Tras disolver la Coordinación Sociocultural de la Presidencia y traspasar seis fundaciones —Integra, Prodemu, Chilenter, Tiempos Nuevos (MIM), Artesanías de Chile y Orquestas Juveniles e Infantiles (FOJI)— a distintos ministerios, el resultado no fue precisamente exitoso.

Estas entidades perdieron visibilidad y acceso directo a La Moneda, y algunas atraviesan serias dificultades financieras. Según antecedentes de Ex-Ante, Artesanías de Chile mantiene una dura crisis económica que la llevó a despedir trabajadores y cerrar varios locales, con una deuda de $1.008 millones reportada en marzo de 2024. Por su parte Chilenter, creada en 2002 para el reciclaje de computadores, inició en 2024 un proceso de “cierre ordenado” ante la obsolescencia de su forma de trabajo, finiquitando a sus trabajadores en julio del año pasado.

La intrascendencia actual vs. el retorno institucional

Hoy, mientras Karamanos ofrece charlas y talleres sobre discriminación, Chile se prepara para recuperar un cargo que nunca debió eliminarse. María Pía Adriasola, abogada y esposa de José Antonio Kast, asumirá como Primera Dama este 11 de marzo de 2026. Kast, afirmó en su discurso de triunfo que su esposa “va a ser una tremenda Primera Dama”, y desde el equipo republicano señalaron que “el rol de la Primera Dama retomará el espíritu y el oficio de una institución republicana, con un fuerte trabajo social y cercano a las familias”.

Si esta promesa se cumple es algo que deberá evaluar la ciudadanía, sin embargo Adriasola parece dispuesta a asumir con interés sus funciones, y ya consultó a Cecilia Morel sobre cómo ve la función de Primera Dama, conversando con ella sobre los desafíos del cargo en materia de políticas sociales, particularmente en Educación.

La diferencia es evidente: donde Karamanos vio un vestigio monárquico, otras mujeres —desde Eleanor Roosevelt hasta las primeras damas chilenas de todos los sectores políticos— vieron una plataforma para el cambio social. Karamanos tuvo la oportunidad histórica de usar el cargo para impulsar causas importantes, pero eligió destruirlo en nombre de una supuesta (y lucrativa) “contemporaneidad”.

El tiempo demostrará si el enfoque de Adriasola resulta más efectivo que el experimento fallido que dejó fundaciones en crisis y un legado de… charlas TED.

Esta columna de opinión fue realizada por su autor humano, con asistencia de Claude, la inteligencia artificial de Anthropic.