No basta con contar con los medios para enfrentar a delincuentes altamente armados. También es absolutamente necesario, el respaldo político del gobierno en la decisión de desarticular la empresa delictual, caiga quien caiga, investigando incluso a integrantes de las propias instituciones del Estado.

Cuando en la mañana del día jueves se informó de la detención de 11 personas en operativos simultáneos en diversas comunas de la provincia de Arauco, y que esto era producto del trabajo investigativo del caso conocido como robo de madera, debo confesar que sentimos satisfacción y no dejo de reconocer, también cierto asombro. Lo ocurrido estos últimos días, este golpe a lo que se supone es la estructura de una organización criminal que ha venido operando hace años en la impunidad, es una oportunidad para Arauco.

Pero se ha avanzado sólo un par de metros, en lo que es una verdadera maratón para alcanzar la paz y tranquilidad en un territorio traumado por la desesperanza.

Quienes vivimos en el territorio araucano, hemos visto cambiar nuestra mirada hacia la provincia en los últimos años. Desde nuestra principal preocupación, de vivir en un territorio rezagado del desarrollo dentro de la región y el país, pasamos a convertirnos en unas de las provincias de Chile, en el que los niveles de violencia y abandono del Estado en materia de seguridad alcanzaron niveles que sobrepasaron el estigma de ser la llamada zona roja.

Los hechos de violencia que se han vivido en la provincia desde hace más de una década, escalaron a un punto en que ningún gobierno logró tener el control. Durante años, nuestro territorio araucano y sus habitantes, han tenido que convivir con violencia, delitos y hechos terroristas que buscan crear un ambiente de conmoción y temor, propicio para que la delincuencia pueda actuar lo más impunemente posible.

Este es el diagnóstico que hemos reiterado hasta la majadería en los ultimos años. Sin embargo, vemos con esperanza lo ocurrido la semana pasada.

Desde la provincia, valoramos la detención de presuntos involucrados en atentados, en incendios, en robos a mano armada, en quemas de maquinarias y otros hechos delictuales. Nos sorprende gratamente, quizás, porque durante años hemos visto que la impunidad fue el principal incentivo para que el delito y el miedo, siga creciendo en nuestro territorio.

Esta es una señal, una acción concreta que entregará un mensaje a quienes han hecho del delito en la provincia una empresa altamente rentable.
Lo ocurrido es una buena noticia para Arauco, es una oportunidad.

Demuestra que las instituciones no tienen las manos atadas, tienen atribuciones y pueden ejercerlas, tienen los medios para hacerlo y es lo que espera la ciudadanía: que quienes tienen el deber de identificar y desarticular organizaciones criminales actúen, con mayor eficacia, y con acciones permanentes en el tiempo, que logren reestablecer la tranquilidad en el territorio.

Esta semana nos hemos informado no sólo de las detenciones por el caso de robo de madera, también supimos que la justicia dictaminó 40 años de cárcel para dos de los cuatro imputados en un caso de incendio de cabañas en Tirúa. Un hecho que terminó con dos personas muertas, una de ellas una adolescente de Temuco.

En agosto del año 2021 señalé en algunos medios que “la gente ve en el robo de madera o narcotráfico un estilo de vida que se le hace más fácil”. Para superar ese problema, se debe demostrar que no habrá impunidad y que el delito, no es la empresa rentable que parecia establecerse en nuestra provincia.

Un enfoque integral, y… coraje

Hoy al ver estos resultados de la labor judicial, tanto en el robo de madera como en el caso de Tirúa, que se dijo desde el inicio que tenía vinculación con el narcotráfico, creemos que pueden ser señales que comiencen a dificultar el camino al que opta por delinquir, y ahí, volvemos a tener una nueva oportunidad.

Si es necesario avanzar con más legislación, hay que hacerlo. Sin embargo, existen las herramientas legislativas necesarias para brindar seguridad y tranquilidad a cualquier territorio del país. Pero para aplicarlos con efectividad, hay que tener el coraje para romper el círculo de impunidad que por muchos años se ha dejado instalar en un territorio que vive una constante incertidumbre y temor.

Lo ocurrido esta semana, es una oportunidad para reafirmar la necesidad de fortalecer el enfoque integral que debe tener el estado para enfrentar la situación que vive nuestra provincia.

Recalcamos aquí algunos elementos: primero, valorar el estado de excepción que ha logrado mejorar la custodia y resguardo de las rutas del territorio. Esto es un hecho y una realidad que no podemos desconocer. He conversado con autoridades policiales, quienes manifiestan el estar efectivamente agradecidos de poder contar con mayores herramientas para lograr el resguardo de estas infraestructuras en la provincia, con vehículos de verdad, con el equipamiento necesario para enfrentar el crimen organizado.

Eso si, no basta con contar con los medios para enfrentar a delincuentes altamente armados, si no también, es absolutamente menester, el respaldo político del gobierno en la decisión de desarticular la empresa delictual, caiga quien caiga, investigando incluso a integrantes de las propias instituciones del Estado.

El segundo punto es poder enfrentar los problemas de fondo, con un Estado presente en la provincia. Ahí no podemos desconocer que la implementación del Plan Buen Vivir, es por lo menos la decisión del estado de Chile de hacerse cargo de la situación de la provincia, teniendo una nueva oportunidad para Arauco.

Los problemas de fondo en el territorio

Hoy vemos algo de avance pero hacemos el llamado a que con el mismo ánimo, nos pongamos a solucionar los grandes problemas sociales que enfrenta el territorio: la falta de infraestructura en salud, con deudas históricas en los hospitales en Lebu, los Álamos y Arauco; la falta de conectividad con el territorio insular de Isla Mocha, o los temas de vivienda que tienen a nuestra provincia con una realidad de carencia habitacional similar a los años 90, con 30 años de retroceso.

Esta provincia sigue siendo la más pobre de la región del Biobío, y soy responsable al afirmar que hemos visto reales esfuerzos por contrarrestar esa realidad. Valoramos los esfuerzos, por ejemplo, del Gobernador Regional, quien ha logrado modificar los porcentajes de la inversión que dependen de la región, y hoy es más equitativa entre las tres provincias del Biobío.

Sin embargo, tenemos una brecha de muchos años que hace necesario que los distintos ministerios y sectores, intervengan más activamente en disminuir la inequidad territorial que afecta negativamente al territorio.

Así como hemos venido señalando todos los municipios de la provincia, la reivindicación legítima de las comunidades mapuche por mejorar su calidad de vida no tiene ninguna relación con los hechos delictuales, y a pesar de que en algún momento se fue instalando como elementos de una misma causa, hoy todos entienden que en el crimen organizado, en el robo de madera, en el tráfico de drogas, de armas o en el robo de vehículos, participan personas sin identificación de etnias.

Quienes vivimos en la zona, no nos sorprende confirmar que en la organización criminal, se puede involucrar no sólo un huinca o un miembro de una comunidad mapuche, sino también empresarios, profesionales, e incluso, efectivos de carabineros activos y en retiro.

Lo que no queremos que nos deje de sorprender, es el arrojo de las autoridades para tener la decisión de romper la impunidad, independiente de quienes sean las personas que participen en estas organizaciones criminales. Estas señales son las que nos dan esperanzas de una nueva oportunidad para Arauco.

En agosto del año 2021, declaré en el Expreso Bío Bío que, “habitamos un territorio que está a merced del delito y del narcotráfico. En el territorio operan libremente los grupos delictuales y el crimen organizado y no existe seguridad”, recalcando que “quienes debe brindar la seguridad de las personas y recorrer la provincia, están ausentes”.

Por fin, luego de más de dos años, vemos a un Estado que ha reaccionado, y esperamos poder aseverar en el más corto plazo, que las cosas comienzan a cambiar al fin, aunque se trate de un camino largo por recorrer para alcanzar la paz que este territorio necesita y merece.