Señor director:

Un negativo paradigma domina el diseño de nuevas y remodeladas áreas verdes públicas. Tradicionalmente en estos lugares domina la vegetación (de ahí su nombre), suelo blando, permeable y amable, la vegetación da forma a lugares, circulaciones y zonas para explayarse, jugar, socializar, leer, contemplar y conectarse con la naturaleza, inspirarse y crear. Ambientalmente, recortan nuestra huella ecológica, capturan carbono, purifican el aire, disminuyen la temperatura urbana y atraen aves que desencadenan el desarrollo de nuevos y variados ecosistemas.

En oposición, se ha escindido la vegetación optando por la multifuncionalidad multicultural, generando amplias y anodinas zonas duras. Se ha reconceptualizado el área verde, otorgándole un carácter geométrico, duro, cementado, con reticulados retazos para vegetación. Proliferan plazas-parque de cemento, sobre todo en comunas vulnerables, configurándose una forma de inequidad que refuerza su déficit de áreas verdes.

En Mejillones, una plaza-parque barrial no alcanza el 15% de vegetación, y de acuerdo al estudio de Fernández, del Centro de Modelación y Monitoreo de Ecosistemas de la Universidad Mayor, San Ramón posee un 92% de cementación de sus áreas verdes, mientras que Barnechea alcanza solo el 20.79%.

Lo Espejo posee un 5.27% de cobertura vegetal en sus áreas verdes, en que solo el 0.5% corresponde a árboles siempre verdes; versus Vitacura, con un 61.13% de cobertura vegetal, y Providencia, con un 13.8% de arbolado perenne, que son contabilizadas como áreas verdes por persona. Respecto a un supuesto ahorro de agua, estas áreas tienen un alto consumo en su limpieza y, por otra parte, aportan a la escorrentía superficial.

Estas superficies cementadas pueden alcanzar los 58.4 °C cuando la temperatura ambiente es de 31 °C, mientras que, bajo la copa de un árbol, la temperatura se reduce a 22.8 °C. Esta acumulación de calor en las llamadas “áreas verdes cementadas” puede generar bolsas de calor que aumentan el riesgo de golpes de calor, una afección sistémica que incluso puede ser mortal. Como resultado, su uso se ve limitado, especialmente en verano, para adultos mayores e infantes. La ausencia de estos grupos y el diseño inadecuado de los espacios multifuncionales facilitan que estos lugares sean ocupados por jóvenes con juegos bruscos, dando paso a nuevas dinámicas socio-productivas, como el microtráfico.

Un ejemplo emblemático de cementación es la inexplicable modernización de la Quinta Normal de Agricultura, primer parque público del mundo, inaugurado en 1842 con árboles monumentales traídos en barco desde Europa. El capricho y ego se materializaron en la devastación de un patrimonio histórico y natural. Se extrajo árboles de más de 200 años de vida, para dar lugar al diseño geométrico, cementado y rigidizado.

Esperamos que la remodelación de la Plaza Italia, en curso, cumpla con la promesa de plantar 229 árboles y conceptualice adecuadamente lo que debe ser un área verde.

Dra. Francisca Ianiszewski Buxton
Colaboradora en Investigación Observatorio de Políticas Públicas del Territorio
Facultad de Arquitectura y Ambiente Construido
Universidad de Santiago de Chile