Fue uno de los factores más polémicos del 2019, ya que de sus cambios surgió el estallido social del pasado 18 de octubre. Se trata del valor del pasaje del transporte público capitalino, cuya alza de $30 derivó en protestas que solo pararon en marzo por la llegada del coronavirus.

La tarifa se encuentra congelado desde el año pasado, para evitar nuevas protestas. Actualmente, el pasaje del Transantiago cuesta $700; mientras que en Metro y MetroTren cuesta $640 en horario bajo, $720 en horario valle y $800 en hora punta.

Sin embargo, por momentos se pensó que dichos valores podrían cambiar ante el drástico descenso en el número de pasajeros. En los primeros 15 días, en el transporte público capitalino se registró un 72% menos de usuarios en comparación con marzo, según informó El Mercurio.

Esto no ocurriría gracias a la caída mundial del precio del petróleo. La ministra de Transportes, Gloria Hutt, indicó al citado medio que dicho factor “disminuye los costos y puede compensar la menor recaudación“.

Opinión similar fue la de Juan Pablo Moreno, presidente del Panel de Expertos del Transantiago, quien dijo que el descenso del valor del crudo “es muy bueno, porque los costos tendrán una caída adicional y fuerte”.

“Sin duda las tarifas se mantendrán, es imposible pensar en un alza en varios meses. Se tendrían que recuperar los precios, la demanda, muchas cosas para eso. El escenario de los próximos meses es una tarifa estable”, indicó.

Pero, ¿será posible un descenso del valor del pasaje? No, según dijo al mismo medio el académico de la Universidad del Desarrollo e investigador de transporte del Instituto Libertad y Desarrollo, Rodrigo Troncoso.

Esto porque la ley 20.378, de subsidio al transporte público, establece que el costo del pasaje no puede bajar mientras esté vigente el apoyo estatal contenido en ese cuerpo legal.