En la región de Valparaíso cerca de 5 mil personas necesitan contar con una cama clínica en sus hogares, ya que viven inmovilizados por razones de salud.

Se trata de hombres y mujeres -de todas las edades- que por su condición socioeconómica no pueden acceder, por sus propios medios, a una cama de este tipo que les ayudaría a sobrellevar sus situaciones de movilidad reducida e invalidez total de mejor manera.

Esta cifra se extrae del trabajo que realizó la Comisión de Salud del Consejo Regional (Core) para intentar solucionar esta carencia.

De hecho, en 2018, fueron cerca de mil las camas clínicas que fueron distribuidas a distintos puntos de la región. Esto gracias a un inversión que tuvo un costo cercano a los 630 millones de pesos.

Sin embargo, pese a este esfuerzo, el presidente de esta instancia, el consejero Roberto Burgos, señaló que la carencia sigue siendo grande.

Además expresó que una de las grandes deudas que tiene el Estado es la ausencia de una política pública sobre este tema.

Uno de los casos más notorios es lo ocurrido en la provincia de Quillota, donde a mediados del 2018 en total se repartieron un total de 147 de estas camas. 50 para la comuna del mismo nombre, 45 en La Calera, 21 en Nogales y en Hijuelas, y 10 en La Cruz.

No obstante, en Quillota se necesitaban 300 y el total repartido sólo alcanzó para cubrir apenas el 25% de la demanda total.

Pero donde unos ven una deuda, hay quienes también lo ven como un avance. Así al menos lo analizó el consejero Cristian Mella.

En efecto, Mella expresó que el primer gran objetivo es poder aumentar cada año la asignación de recursos por este tema.

“Que cada año vaya aumentando más hasta poder decir -en algún momento- que las necesidades estan prácticamente subsanadas en cada una de las 38 comunas de la región”, mencionó.

De manera preliminar, desde la Comisión de Salud del Consejo Regional aseguraron que el gran objetivo, al menos en el corto plazo, es asegurar la entrega de dos mil camas clínicas para este 2019.