“Mi ánimo ha estado por el suelo”, reconoce Victoria González, transgénero oriunda de Valparaíso que debió suspender su transición -iniciada hace 2 años y medio- debido al desabastecimiento de medicamentos relativos a este procedimiento por el que atraviesa el hospital porteño Carlos van Buren.

Según informó el propio director del recinto de salud, David Gutiérrez, a La Estrella de Valparaíso, precisamente los fármacos destinados a trans están agotados y serán repuestos “a más tardar la primera semana de noviembre”.

“Hay uno de los fármacos que es el Primaquin, que está discontinuado y no lo hemos podido encontrar. Se va a reemplazar por estradiol de 2 miligramos, que es su equivalente”, detalló el médico al matutino local.

Esta situación afecta directamente a los usuarios y, en concreto, a Victoria. Según relata en un mes necesita tres cajas del medicamento que en las farmacias cuestan hasta 25 mil pesos.

“Esto a mí me afecta demasiado, ya que en estos dos meses me volvieron a salir vellos donde no me tienen que salir, se me fueron los senos, y mi ánimo ha estado por el suelo”, se lamenta Victoria, quien está en el puesto 40 de la lista de espera para la cirugía para una transición definitiva.

Y sentencia: “Es muy frustrante que mis cambios desaparezcan”.

Angustia

Un drama similar es el que vive Matías Lillo, otro usuario transgénero, quien debe inyectarse testosterona cada tres meses, procedimiento que bordea los 80 y 100 mil pesos.

Primero, acudió al hospital a comienzos de septiembre pasado, pero no pudo ser atendido también por carencia de fármacos. En el centro de salud le pidieron que retornara en octubre, sin embargo, nuevamente recibió una respuesta negativa.

“Me angustia, porque yo no tengo los medios para poder comprar la inyección de manera particular”, sostiene.

“Esta situación es muy delicada porque sin la testosterona los pechos vuelven a aparecer, a algunos les baja la regla, y uno anda muy pendiente de todo. Si no te has hecho la mastectomía (extracción de mamas), tienes que estar fajándote y eso es muy riesgoso”, consigna el medio porteño.

Ante toda esta situación, el director del Van Buren se excusó: “Es una política habitual de los laboratorios y lamentablemente no podemos más que manifestar nuestra disculpas a las personas afectadas“.