El médico Guillermo Araneda fue sometido a procesamiento a raíz de una querella criminal que fue presentada el 21 de diciembre de 2015 por 16 mujeres, quienes fueron expresas políticas durante la dictadura. Una de las tantas personas mencionadas en la presentación legal es el médico cardiólogo.

El médico cardiólogo, Guillermo Araneda Vidal, fue sometido a proceso en el marco de una querella que investiga la ministra en visita extraordinaria de la Corte de Apelaciones de Punta Arenas, Marta Jimena Pinto.

Según consignó La Prensa Austral, esta acción judicial fue presentada el 21 de diciembre de 2015 por 16 mujeres, quienes fueron expresas políticas durante la dictadura.

La ministra Pinto dictó el auto procesamiento del doctor Araneda como encubridor de los delitos de “detención ilegal, secuestro calificado y abusos deshonestos”.

Así también fue procesado como cómplice del delito de “aplicación de tormentos”.

Someten a proceso a médico de Punta Arenas

El abogado defensor del médico, Guillermo Ibacache Carrasco, llegó hasta la Corte de Apelaciones a notificarse del auto de procesamiento de su representado, donde fue recibido por el secretario Mauricio Recabarren Fernández.

Cabe mencionar que la ministra Pinto sumariamente le concedió a Araneda Vidal la excarcelación, previo al pago de una fianza de 500.000 pesos.

La figura del “auto procesamiento” viene del sistema judicial antiguo. Esto significa que existe un delito y que el juez tiene presunciones fundadas para estimar que la persona sometida a proceso tuvo participación en lo que se le imputa.

Lo anterior puede ser como autor, cómplice o encubridor.

Araneda también puede apelar ante la Corte de Punta Arenas, lo que su abogado puede realizar dentro del plazo legal.

En tanto, al doctor lo han mencionado en publicaciones de organismos ligados a la defensa de los Derechos Humanos, donde lo sindican como médico que asistía los procesos de tortura de los presos políticos en Punta Arenas.

Querella criminal

La querella criminal que presentaron estas 16 mujeres busca responsabilidades penales.

Entre los delitos que se detallan están el “secuestro, sustracción de menores, abusos deshonestos en concurso ideal con el crimen de tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes; privación ilegítima de libertad y asociación ilícita”.

Una de las tantas personas mencionadas en la presentación legal es el médico cardiólogo.

Denuncia que llevó a la ministra Pinto a procesar al médico Guillermo Arandeda

Una de las víctimas es la profesora Rosa María Lizama Barrientos, quien sufrió detención ilegal o secuestro, asociación ilícita, privación ilegítima de libertad y aplicación de tormentos.

La denuncia de Lizama llevó a la ministra Pinto a procesar al doctor Araneda. Tras esto no se descartan otros procesamientos en los próximos días, debido a la cantidad de mujeres querellantes.

Rosa Lizama, en ese entonces de 16 años, fue detenida en 1973 por agentes del Estado en el liceo donde estudiaba. Los soldados ingresaron premunidos de metralletas provocando intimidación con su actuar.

Esta mujer cursaba tercero medio, era dirigente estudiantil y militante del Partido Socialista.

En esa oportunidad dos hombres de la Fuerza Aérea la sacaron del liceo y la subieron a una camioneta. Fue interrogada, sufrió golpes, perdió la conciencia y despertó desnuda.

Lizama fue llevada al Regimiento de Ojo Bueno, recinto del que la sacaban algunas noches para llevarla al edificio de Avenida Colón, donde la torturaban e interrogaban. A raíz de esto sufrió taquicardia y perdió el conocimiento.

Estuvo varias noches en el estadio Fiscal; en el Regimiento Pudeto; en Río los Ciervos; y en la Casa del Deportista. En todos estos lugares fue interrogada.

Dolores físicos, pesadillas y depresión

Luego de esto, Rosa fue sometida al Consejo de Guerra, lo cual describe como “su juicio”, siendo condenada a 4 años de presidio.

Estuvo incomunicada hasta enero de 1974, donde producto de una explosión fue trasladada a la cárcel de mujeres.

En octubre de 1974 aceptó una pena conmutada por extrañamiento, regresando a su casa con arresto domiciliario.

Le acogieron un indulto a Rosa Lizama, debiendo firmar en el patronato de reos durante 4 años.

Los sufrimientos y torturas que vivió esta mujer, le han provocado dolores físicos, pesadillas, depresión y problemas para dormir durante 27 años.