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En Chile Vamos hay incomodidad por el candidato Aldo Duque, cuestionado por su pasado como abogado defensor en casos de narcotráfico, generando malestar en la interna. José Miguel González, también postulante, critica el respaldo a Duque, temiendo una mala imagen para la coalición. González, director del Movimiento No más Víctimas, exige explicaciones y garantías de Duque debido al riesgo de convertirse en un narco Estado.
Incomodidad es lo que hay al interior del pacto parlamentario de Chile Vamos, específicamente por quienes quieren llegar al Congreso por el Distrito 9. Y es que el cuestionado pasado laboral del candidato Aldo Duque (independiente con cupo RN), como defensor en causas de narcotráfico, no es indiferente en la interna.
Para el también aspirante al Congreso, en la misma lista, José Miguel González (UDI), el respaldo a Duque responde a una estrategia electoral que genera una “mala imagen” a la coalición.
Advirtiendo que existe la opción de convertirse en un narco Estado, a raíz de los casos de narcotráfico que se han registrado en distintas instituciones, el también director del Movimiento No más Víctimas asegura que el candidato Duque tiene que dar explicaciones y garantías.
“Por ejemplo, que abra sus cuentas (bancarias), que salga a dar declaraciones públicas en las que muestra que no tiene ningún tipo de vínculo”, dice a BioBioChile.
La “incomodidad” que genera la candidatura de Aldo Duque en lista
—Ha dicho que le violenta compartir lista parlamentaria con el candidato Aldo Duque (Independiente con cupo RN), quien está en el listado de abogados defensores en causas de la Ley 20.000, también conocida como “Ley de Drogas”. ¿Por qué?
Yo soy bien de derecha, nunca lo he escondido y la gente conoce mi posicionamiento en los diversos debates y programas que he participado.
—¿Es militante?
Sí, yo estoy en la UDI. Yo sé y tengo muy claro que mi adversario cultural, ideológico y político está al frente, en la izquierda, que hoy tiene al país en el piso, pero hay algo que es previo para mí, por mi trayectoria y trabajo junto a las víctimas, que es la batalla contra el crimen, los victimarios, las fuerzas antisociales que tiene nuestro país en una crisis de seguridad. Entonces, para mí ha sido bien lamentable y frustrante compartir lista con alguien con esas características y yo creo que lo que le debe el señor Duque al país, y las personas involucradas en esa decisión de llevarlo, es una explicación porque necesitamos más garantías de que el día de mañana un posible futuro legislador pueda tener vínculos con el crimen organizado. Es decir, hoy en Chile estamos en un momento, como ustedes saben, por los casos que ha habido en las Fuerzas Armadas y en otras instituciones, en un momento muy delicado de convertirnos en un narco Estado. Es decir, un Estado que ya no da garantía de estar para las personas, sino que está corrompido por intereses de lo peor de las fuerzas del crimen organizado.
Entonces, yo creo que tenemos que exigirnos mucho más y ahí el señor Duque tiene que dar explicaciones y garantías, porque él decía que ya no tomaba causas (de narcotráfico) pero la Fundación Nueva Mente hizo una investigación y mostró que él, de hecho hasta el día mismo de la inscripción, pocos días antes, seguía patrocinando casos de esa naturaleza. Entonces uno se pregunta, si se dedica a eso tan usualmente, tan habitualmente, tan recientemente, ¿cómo no va a tener vínculos con ese mundo? ¿Cómo consigue los clientes? ¿Se mantiene después el trato? ¿Él es accesible para esas personas? Todas esas preguntas creo que quedan aun sin resolver.
—¿Manifestó la incomodidad en la interna del pacto?
Sí, yo lo he manifestado por todos lados y no he sido escuchado. No se me ha tenido en consideración. Yo creo que el señor Duque es muy conocido y una persona muy respetada por sus opiniones, insisto, que comparto en materia ideológica y doctrinaria, es un buen defensor de nuestra idea de la derecha, de la libertad, del orden y el progreso y, por lo tanto, se le ha dado el respaldo porque es importante desde el punto de vista electoral, pero yo veo que eso es un error en el mediano y largo plazo por todos los motivos que le he dicho. Es algo que los partidos todavía no logran entender y por eso en mi caso, yo estoy aquí para intentar aportar a la renovación y el cambio del ciclo político porque creo que hay que abandonar esas lógicas tan calculadoras y de corto plazo, que después nos engendran bombas de tiempo en el Congreso y que le hacen mucho daño al país a la larga.
—¿Cree que el respaldo a la candidatura de Aldo Duque podría perjudicar a la lista?
Sí, yo creo que puede significarnos una inconsistencia, que es lo más importante de cara a la ciudadanía, en una de las materias más urgentes e importantes que es la lucha contra el crimen organizado. O sea, yo creo que como lista, como pacto, nos genera una mala imagen y por eso yo he insistido en hacer llegar a la ciudadanía que no todos tenemos un silencio al respecto. Yo lo he dicho con todas sus letras esto porque creo que antes que una defensa corporativa, o por compartir el pacto, hay que hacerle ver a la ciudadanía que uno tiene un compromiso en contra del crimen y por recuperar nuestra paz y nuestra seguridad.
—En caso de que salga él sea electo, ¿sería una contradicción?
Yo creo que todavía hay una oportunidad, que es que él de garantías contundentes, que por ejemplo abra sus cuentas (bancarias), que salga a dar declaraciones públicas en las que muestra que no tiene ningún tipo de vínculo. No sé cómo lo tiene que hacer, pero él tiene la carga de la prueba, como decimos los abogados, de demostrar a la ciudadanía que su compromiso está con los ciudadanos de bien honrados, de esfuerzo, trabajadores, los que son víctimas de la delincuencia y no con los victimarios. Y al día, yo no he visto ninguna declaración correspondiente, tajante, contundente, ni hechos que logren concluir que eso está zanjado.
—En caso de que Aldo Duque sea electo y se aplique el sistema electoral proporcional, lo “arrastre” y lo lleve al Congreso, ¿seguiría con esa incomodidad?
Absolutamente. Yo soy una persona de principios, de convicciones y trabajo con base en propuestas y lineamientos de lo que creo y lo que me he preparado para aportar al país. Y para mí cualquier asunto de índole electoral es solamente accesorio. Si es que se termina dando, que se nos suman los votos, que a mí me beneficiaría, yo voy a seguir enfrentando con la misma fuerza, porque esto me parece que lo que está en juego es el país que le vamos a dar a nuestros hijos y a nuestros nietos. O sea, algo mucho más importante que cualquier asunto práctico electoral de corto plazo.
Movimiento No más Víctimas
—¿Cuál es el objetivo y finalidad del Movimiento No Más Víctimas, del cual es director?
El Movimiento No más víctimas nace hace unos cuatro años, si no me equivoco. Lo creamos junto a un grupo de abogados para visibilizar los problemas relativos a seguridad y orden público desde el punto de vista de la vivencia de las víctimas. Yo asumí su dirección hace cerca de un año, un poco más, y ahí lo convertí en un movimiento de acompañamiento a víctimas de la delincuencia que se encuentran muy solas (…) entonces, yo como abogado y con un equipo de voluntarios que se han ido asociando -de abogados y psicólogos- ofrecemos acompañamiento para que puedan sostener su causa. Yo les explico lo que les está pasando, porque la Fiscalía no les da el tiempo suficiente o no les explica con la calma debida. Entonces, hemos conseguido acompañar jurídica y humanamente a centenares de víctimas de la delincuencia, sobre todo acá en Santiago, sobre todo en la zona norte, que incluye el distrito en el que soy candidato. Y también hemos, a partir de esa experiencia, acompañamiento, empezado a tener injerencia en el debate público (…) yo siempre lo resumo en acompañamiento y dar voz a víctimas de la delincuencia en el Chile de hoy.
—¿Cómo o por qué nace?
Nosotros operamos frente al abandono, porque las víctimas en Chile son el eslabón más débil de nuestro sistema jurídico y procesal, no tienen abogado pagado por el Estado, tienen que pagarse un abogado querellante con su propio bolsillo, si es que pueden. Yo he tomado casos de gente que le acaban de matar a su hijo, un joven de 17 años en un caso, otro un joven de 19 años, y que luego tienen que vivir el otro trauma que es que el victimario tiene representación jurídica pagada con su mismo bolsillo, porque lo pagamos con nuestros impuestos y eso incluye la familia de la víctima. Entonces, ese desequilibrio genera un abandono y una indignación por la injusticia. Eso se resolvería con una Defensoría de las Víctimas, que por fin se aprobó el proyecto, después de mucho esfuerzo. Nosotros participamos en esa discusión (…) yo diría que somos fruto del abandono del Estado para las víctimas de la delincuencia.
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