"Hay parece un exceso de entusiasmo por agradar a Bolivia, sin medir las consecuencias en el negocio mismo del Puerto de Arica y la visión antichilena que hay desde el otro lado", acusa Marcelo Urrutia Aldunate, expresidente de la Empresa Portuaria Arica, quien advirtió eventuales perjuicios para el puerto nacional tras un acuerdo diplomático de la cancillería chilena con ambos países vecinos, que autorizó un bypass para los camiones bolivianos con destino a puertos del sur peruano.

El expresidente de la Empresa Portuaria Arica (EPA) durante el periodo 2021-2022, Marcelo Urrutia Aldunate, realizó un llamado a la cancillería chilena a revisar el acuerdo trilateral que acordó con Bolivia y Perú por eventuales perjuicios para el desarrollo del Puerto de Arica.

Lo anterior, tras conocerse la autorización para un bypass -por la ciudad fronteriza chilena- para camiones bolivianos con destino a los puertos del sur peruano, a propósito de las protestas sociales contra el Gobierno de Dina Boluarte que tienen bloqueadas las carreteras de acceso a los terminales marítimos del sur peruano.

“Creo que en ese acuerdo diplomático faltó medir los impactos económicos para el Puerto de Arica y que no pueden ser soslayados, dado que se está autorizando el paso de carga a puertos peruanos y que perfectamente pudo haber sido transferida sin ningún riesgo por Arica. Llama la atención el silencio del directorio del puerto de Arica sobre esta medida inconsulta a la región, pretendiendo una solidaridad mal entendida y que no tiene reciprocidad de Bolivia”, afirmó.

Urrutia explicó que no se entiende que la Cancillería chilena “sacrifique a Arica por un supuesto interés nacional que no se ve con nitidez. Lo que debería primar es el interés por potenciar la región que ya vive consecuencias negativas por 2 tratados bilaterales y el desarrollo de una empresa pública como lo es el Puerto y que significa casi un 10% de la producción regional, además de unos 3 mil empleos directos e indirectos”.

“Cada tonelada que le han quitado a Arica, la han publicitado por la prensa”

Al respecto, señaló que “ponemos las 2 mejillas, obviando que Bolivia mantiene una estrategia agresiva hacia Chile desde que perdió el fallo por el diferendo marítimo el 2018. Los sucesivos gobiernos bolivianos han implementado el plan de llevarse la carga a puertos peruanos y cada tonelada que le han quitado a Arica, la han publicitado por medios de prensa. Hoy es el momento entonces de que asuma el costo de esa estrategia revanchista y de enmendar el rumbo, abordando temas que interesan a ambos países, para que haya ganancias mutuas”.

En este sentido, precisó, que con este bypass, “reconocen que nuestras carreteras son más seguras, al igual que nuestros servicios fronterizos, logísticos y portuarios. El Gobierno boliviano debería asumir los costos de haber propiciado un desvío de parte de las cargas hacia Perú, sólo por un criterio geopolítico. Hoy aparecemos como salvadores de su mala decisión de llevarse la carga a puertos competidores, pero no obtenemos nada a cambio que beneficie al negocio portuario local”.

Urrutia explicó que históricamente ha existido la tentación “de transformar temas que son absolutamente de negocios, en asuntos de política exterior. Esa ha sido la estrategia de Bolivia y que rompimos entre el 2018 y el 2022. Establecimos, por primera vez, 2 acuerdos tarifarios con el agente público boliviano a cargo de las cargas de importación, poniendo fin a la negativa de Bolivia a establecer tarifas de mercado, lo que perjudicaba el desarrollo del Puerto de Arica. Terminamos así con esta tendencia de 20 años, de ofrecer el Puerto de Arica como la moneda de cambio para aquietar los reclamos de Bolivia sobre la mediterraneidad, pero que no permitían el desarrollo comercial y proyección de nuestro puerto”.

El ex directivo de la EPA dijo que “espero que esta estrategia de hacer rentable el Puerto, no tenga un retroceso. Sería esperable una revisión de este acuerdo trilateral, a propósito de la remoción de las tres principales autoridades de la Cancillería que realizó el Gobierno. Hay parece un exceso de entusiasmo por agradar a Bolivia, sin medir las consecuencias en el negocio mismo del Puerto y la visión antichilena que hay desde el otro lado”.

“No miremos a Bolivia desde la superioridad o la culpa”

“Por mucho tiempo, el Puerto de Arica fue visto como un tema de política bilateral, accediendo a la pretensión boliviana de no pagar tarifas de mercado en compensación por la mediterraneidad. Ese periodo debe quedar atrás, porque la operación del puerto nada tiene que ver con temas de política exterior. El libre tránsito funciona perfecto, las cargas bolivianas transitan por las carreteras chilenas, no pagan siquiera peaje. Además, los servicios portuarios operan eficientemente y, por lo mismo, deben pagarse porque detrás de ellos hay empresas y trabajadores que los sostienen”, afirmó.

Asimismo, apuntó a que lo esperable “es que la Cancillería vele por los intereses de nuestra región frontera. Parece insólito que haya autorizado que la carga pase por Arica, que su peso desgaste la ruta internacional y luego financiemos su reparación, y que finalmente su destino sean los puertos peruanos. La reciprocidad no existe aquí. Es momento de que miremos a Bolivia no desde la superioridad o la culpa. Es momento de pedirle que reactive el tren a La Paz, porque han pasado casi 2 años de haber suspendido su reactivación y no ha sido capaz de negociar un acuerdo con los camioneros que se oponen a que vuelva a funcionar. Entonces, ofrecemos un bypass a los mismos que se oponen a que el tren traiga carga al Puerto de Arica. ¿Dónde está el beneficio para Chile y para Arica en este acuerdo?”.