Después de casi ocho meses, Chile suscribió al Marco de Asistencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Undaf), que exhorta al Estado a cumplir con tratados internacionales en materia de migración, equidad de género, medio ambiente, desarrollo social y Derechos Humanos (DDHH).

El acuerdo era resistido inicialmente por el Gobierno, que manifestó diferencias con la ONU, lo que retrasó la adhesión de Chile. Incluso hubo mesas de diálogo entre el Ejecutivo y representantes del organismo multilateral.

Las discrepancias fueron principalmente en materia migratoria, uno de los ejes que aborda esta herramienta, que fija algunas acciones de las 19 agencias que tiene la ONU en nuestro país, como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Pese a estas discrepancias previas, el canciller Teodoro Ribera señaló que están de acuerdo con las propuestas, pues se establecen “reglas claras”.

Al respecto, el plan exhorta al Estado a cumplir con tratados internacionales a los que Chile esté suscrito, por ejemplo, el de otorgar refugio a aquellos extranjeros que lo requieran.

La coordinadora residente del sistema de Naciones Unidas en Chile, Silvia Rucks, aseguró que el tema migratorio seguirá estando presente en nuestro país. Por eso, según afirmó, deben buscarse nuevas estrategias.

El vocero de la Coordinadora Nacional de Migrantes, Rodolfo Noriega, dijo esperar que La Moneda cumpla con las recomendaciones de la ONU.

La suscripción de Chile al acuerdo se da en medio de cuestionamientos a la forma como el Gobierno ha enfrentado la situación de cientos de venezolanos que están en la frontera norte, y luego en el consulado en Tacna, intentando obtener un permiso para ingresar al país.