El machi Celestino Córdova, el primer condenado por la muerte por carbonización del matrimonio Luchsinger Mackay en Vilcún, región de La Araucanía, logró obtener permiso de Gendarmería para poder visitar su rehue y presidir una ceremonia ancestral.

Con un amplio contingente policial, defendido por el Gobierno, Córdova -quien sustanció una huelga de hambre- logró formar parte de la instancia, algo que no fue del agrado del militante de la Unión Demócrata Independiente (UDI), el diputado Osvaldo Urrutia.

En esa línea, el legislador criticó que el condenado haya obtenido un beneficio por parte de las autoridades y, a través de un comunicado, aseguró que todos quienes estén privados de libertad “deben tener un trato igualitario ante la Ley”.

Por ello, Urrutia lamentó que aquellos militares que cumplieron penas por violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura que lideró el fallecido general Augusto Pinochet y que murieron al interior del polémico penal no hayan corrido la misma suerte que el machi.

“Ojalá los presos muertos encadenados de Punta Peuco hubiesen tenido el mismo trato”, disparó el diputado, sumando una petición a la administración de Sebastián Piñera.

En concreto, Urrutia le pidió al Gobierno que tenga la misma actitud para con los reos que “padecen enfermedades terminales o mentales graves” y siguen al interior del recinto penitenciario.

“Sería un gran gesto de conciliación que ellos pudieran asistir a sus fiestas religiosas más importantes para cumplir los ritos religiosos relevantes para su fuero íntimo”, detalló el gremialista.

“Se debe dar un trato igualitario ante la Ley y no establecer discriminaciones arbitrarias para los presos de Punta Peuco, más aún cuando estos internos no han ejercido ninguna medida de presión ilegítima como es la huelga de hambre”, finalizó.