Usar lentes de sol es tan necesario como utilizar protector solar. Los rayos ultravioleta son cada vez más intensos, los cuales pueden llegar a ser nocivos no sólo para nuestra piel, sino también para nuestros ojos. Es recomendable usar este tipo de anteojos durante todo el año y no sólo en época estival.

Existe una amplia gama de productos que varían según colores, diseño o tamaño. Pero ¡ojo!, hay aspectos importantes en los que hay que poner atención al momento de comprar las llamadas “gafas”, ya que muchas veces nos guiamos por lo que estéticamente se ve bien, pero no necesariamente es sinónimo de adquirir un lente adecuado que cuide la salud visual.

La tecnólogo médico de la U. San Sebastián y especialista en oftalmología, Fernanda Espinoza, destaca que “lo realmente esencial a la hora de comprar un lente de sol, es precisamente que en la etiqueta tenga el sello de 100% de protección UV, esto le garantiza una real defensa de sus ojos”.

También es importante que sea lo suficientemente grande, para que cubra más zona ocular y “de esta forma evitar que los rayos UV ingresen por la parte lateral del lente y dañe en alguna magnitud sus ojos”, agrega.

La docente USS hace hincapié en que no solamente un lente de sol muy costoso tiene el sello de protección UV de 100%, puede encontrar en el mercado otros de menor costo y con la misma garantía.

¿Protegen más los polarizados?

En realidad la polarización reduce el destello proveniente del reflejo sobre distintas superficies como el agua o el pavimento, pero no ofrece una mejor protección de los rayos solares, aunque puede facilitar actividades como conducir automóvil o disfrutar de los deportes de forma más segura.

¿Entre más oscuros mejor?

La verdad es que no, el color y el grado de oscuridad de los lentes de sol no dicen nada sobre la capacidad de los lentes para bloquear la luz UV. Un lente medio es bueno para el desgaste diario, pero si usa anteojos en condiciones de luz muy brillante, elija un par con lentes más oscuros.

¿Hay una edad para comenzar a usar?

Se recomienda que, desde aproximadamente los 6 meses, se comience a utilizar lentes de sol con filtro UV, ya que cerca de un 70% de todo el daño producto de la exposición al sol se realiza en la infancia y la adolescencia. Existe una amplia oferta en el mercado para bebés, niños y adultos, pero recuerde siempre comprar en locales establecidos con los estándares anteriormente mencionados.