El congoleño Denis Mukwege; y la ex esclava sexual yazidí, Nadia Murad, han sido galardonados este viernes con el Premio Nobel de la Paz por “sus esfuerzos para poner fin al uso de la violencia sexual como arma de guerra”.

Ginecólogo y víctima, respectivamente, Mukwege y Murad encarnan una causa planetaria que supera el marco de los conflictos, como atestigua la ola planetaria #MeToo desatada hace exactamente un año por unas revelaciones de prensa.

“Denis Mukwege y Nadia Murad arriesgaron ambos personalmente su vida luchando valientemente contra los crímenes de guerra y pidiendo justicia para las víctimas”, indicó la presidenta del Comité Nobel, Berit Reiss-Andersen.

En detalle, el médico y su equipo han tratado a cientos de mujeres víctimas de la violencia sexual en la República Democrática del Congo. En tanto, Murad estuvo en cautiverio y debió servir como esclava sexual para el Estado Islámico. No obstante, logró escapar y denunció los abusos. Se estima que al menos otras 3 mil mujeres actualmente viven una experiencia similar en manos de los yihadistas.

“Un mundo más pacífico sólo se puede lograr si las mujeres, su seguridad y derechos fundamentales son reconocidos y preservados en tiempos de guerra”, agregó Reiss-Andersen al momento de dar a conocer los nombres de los ganadores.

Las Naciones Unidas se congratularon por este “fantástico” anuncio que “ayudará a hacer avanzar el combate contra la violencia sexual como arma de guerra en los conflictos”. “Es una causa muy importante”, precisó la portavoz de la ONU en Ginebra, Alessandra Vellucci.

El año pasado, el premió recayó en la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN) por su contribución a la adopción de un tratado histórico de prohibición del arma atómica.

Tras el premio de la Paz, el único que se entrega en Oslo, el de Economía clausurará la edición 2018, en Estocolmo.

El premio

Los Nobel, consistentes en una medalla de oro, un diploma y un cheque de 9 millones de coronas suecas (unos 865.000 euros, 990.000 dólares) se entregarán formalmente en Oslo y Estocolmo el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de su fundador, Alfred Nobel (1833-1896).

En un testamento redactado un año antes de su muerte, el inventor de la dinamita había deseado ver recompensados a “quienes durante el año transcurrido prestaron a la humanidad los mayores servicios”.