El gobierno británico ha multiplicado las advertencias sobre los peligros de una salida de la Unión Europea (UE) sin acuerdo, a medida que intensificó las conversaciones con sus socios europeos en vez de Bruselas.

El ministro de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt, visitó el martes París y el miércoles Viena, donde avisó de que “hay un riesgo real de divorcio desordenado, lo que constituiría un error geoestratégico”.

Su gira es parte de una ofensiva a la que se sumará la primera ministra, Theresa May, quien el viernes visitará al presidente francés, Emmanuel Macron, en su retiro veraniego en el Mediterráneo.

Ahí tratará de convencerlo de las bondades de su plan para mantener estrechas relaciones comerciales con la UE tras el Brexit, una solución inédita e intermedia que indignó a los euroescépticos británicos, que tildan la solución de “vasallaje”el Reino Unido abandonaría la mesa donde se toman las decisiones, pero seguiría sometida a regulaciones europeas-, aunque es bien vista en medios económicos.

Sin embargo, el principal negociador europeo, el representante de la Comisión Europea, Michel Barnier, se mostró escéptico ante el plan y rechazó uno de sus elementos claves, relacionado con los aranceles en la frontera con Irlanda.

Londres espera encontrar más flexibilidad en las capitales europeas e insiste en los peligros de una salida desordenada en marzo.

“La posibilidad de que no haya acuerdo aumentará cada día hasta que veamos un cambio de estrategia en la Comisión Europea”, dijo Hunt al diario londinense Evening Standard, en una entrevista publicada el martes.

“Francia y Alemania deben enviar una señal clara a la Comisión de que hay que negociar una salida pragmática y razonable que proteja empleos a ambos lados del Canal de la Mancha”, añadió.

“Por cada empleo que se pierda en el Reino Unido, se perderán también empleos en Europa si el Brexit va mal”, añadió Hunt.

Francia y la cohesión de la UE

El plan de May provocó la dimisión de dos ministros euroescépticosBoris Johnson y David Davis-, pero la primera ministra lo mantuvo y ya lo ha defendido ante su homóloga alemana, Angela Merkel, y los líderes de Austria y la República Checa.

Sobre su encuentro con Macron el viernes en la residencia de Bregançon -es la primera vez que un líder extranjero la visita- una fuente del gobierno británico dijo al diario The Times que París no parecía hostil al plan de May.

Francia parece hasta ahora haber adoptado una línea particularmente dura en las negociaciones del Brexit, sobre todo en el área de las finanzas, y nunca ha ocultado que le gustaría que los servicios financieros de la City se trasladaran a París.

Londres cree también que es Francia quien más se opone a que siga en el programa de navegación por satélite Galileo.

Pese a toda esta actividad diplomática, la ministra de Exteriores austríaca, Karin Kneissl, advirtió el miércoles, tras reunirse con Hunt, de los intentos de dividir a los socios europeos, entre los que hay “un alto grado de cohesión”, afirmó.

Kneissl, cuyo país ostenta la presidencia rotatoria de la UE, añadió que está “muy claro” que la Comisión Europea -el ejecutivo comunitario- es quien lidera las negociaciones.

Barnier también afirmó la semana pasada que no hay “la más mínima diferencia” entre él y los 27 líderes de la UE en las negociaciones.