La Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH) desestimó este jueves una denuncia de Anders Behring Breivik, el neonazi que mató a 77 personas en 2011 en Noruega, que afirmaba que sus condiciones de detención eran “inhumanas”.

La CEDH estimó que la acusación de Breivik no releva de una “violación de la Convención” europea de derechos humanos y declaró la queja “inadmisible por falta de fundamento”.

“Es un alivio. Ahora, esperamos que no se hablará de él durante muchos años”, dijo a la AFP Lisbeth Kristine Røyneland, presidenta del grupo de apoyo a las víctimas de Breivik, que perdió a su hija de 18 años en la isla de Utoya.

Breivik recurrió a la corte de Estrasburgo después de haber agotado todos sus recursos en Noruega. El Tribunal Supremo noruego rechazó examinar su recurso en junio de 2017.

La denuncia fue presentada porque consideró que su aislamiento en la cárcel, donde está apartado de los otros detenidos, constituye una violación del artículo 3 de la Convención Europea de Derechos Humanos, que prohíbe cualquier trato “inhumano” o “degradante”.

El extremista de 38 años purga una pena de 21 años de cárcel, susceptible de ser prolongada indefinidamente. Aunque dispone de tres células de detención, se queja de estar aislado.

El 22 de julio de 2011, disfrazado de policía, Breivik penetró en un campamento de verano de la Juventud Laborista noruega en la isla de Utoya y asesinó a 69 personas. Ese mismo día, horas antes, había matado a ocho personas haciendo estallar una bomba cerca de la sede del gobierno en Oslo.