El gobierno de Donald Trump anunció el lunes que había adquirido el 92% de toda la producción de remdesivir del laboratorio Gilead de julio a agosto, es decir, alrededor de 500.000 tratamientos de los 550.000 disponibles.

“El presidente Trump ha hecho un trato increíble para que los estadounidenses puedan tener acceso al primer tratamiento terapéutico autorizado contra la covid-19″, dijo el ministro de Salud, Alex Azar, al anunciar el contrato.

El medicamento fue aprobado en Estados Unidos el 1 de mayo después de ensayos clínicos que demostraron que redujo el tiempo de recuperación de pacientes con covid-19 gravemente enfermos en cuatro días. Europa debería permitirlo pronto.

El anuncio de Washington había aumentado los temores de una escasez del medicamento en el resto del mundo, pero al menos dos países europeos declararon el miércoles que no estaban preocupados por su población.

“El Reino Unido ha estado usando remdesivir durante un tiempo, primero en ensayos clínicos y hoy como parte de un programa de medicamentos de acceso temprano. Tenemos un suministro suficiente de remdesivir”, dijo un portavoz del primer ministro británico.

Remdesivir
Remdesivir

En Alemania, “el gobierno aseguró una disponibilidad temprana de remdesivir”, dijo un portavoz del Ministerio de Salud. “En la actualidad, las reservas son suficientes”, agregó.

Además, el laboratorio Gilead indicó que había otorgado licencias gratuitas a nueve fabricantes de medicamentos genéricos en India, Pakistán y Egipto.

Estos laboratorios podrán distribuir sus versiones genéricas de remdesivir en 127 países, principalmente de África, Asia, Oriente Medio y América Central.

En una entrevista en el canal estadounidense CBS el 3 de mayo, el director ejecutivo de Gilead, Daniel O’Day, dijo que el remdesivir fabricado en Estados Unidos podría ser exportado.

Según Farasat Bokhari, profesor de economía en la universidad de East Anglia, al menos un fabricante genérico de Bangladés produce remdesivir sin haber obtenido la licencia, en virtud de una cláusula de la Organización Mundial de la Salud que autoriza medidas de ese tipo a los países en desarrollo en ciertas circunstancias.

El experto estima que no debería haber escasez del medicamento “ya que la producción en los demás países va a aumentar. El problema es la velocidad a la que podrán hacerlo”.