India informó este domingo que sus tropas y sus pares de China habían completado una retirada de una zona en disputa de su frontera en el Himalaya tras meses de intensas tensiones.

Ambos vecinos -poseedores de armas nucleares- se enfrentaron en una guerra fronteriza en 1962 y desde hace mucho tiempo se acusan mutuamente de intentar avanzar sus fronteras, lo que nunca se ha tratado de manera adecuada, en la región india de Ladakh, frente a Tíbet.

En un comunicado conjunto, los Ministerios de Defensa de ambos países explican que este sábado se produjo un encuentro entre los comandantes de los dos Ejércitos, que “evaluaron positivamente el final tranquilo de la retirada de tropas en el frente del área del lago Pangong”.

La desescalada de las tensiones en esa área, según ambas partes, supone una “buena base” para resolver otras disputas fronterizas a lo largo de zona occidental de la conocida como Línea de Control Real (LAC), que separa a China e India en las zonas donde tienen reclamos territoriales.

Los dos comandantes se comprometieron a mantener el diálogo para “estabilizar y controlar” la situación sobre el terreno, así como a buscar una solución “aceptable para ambas partes” que permita mantener “la paz y la tranquilidad en las zonas fronterizas”.

La última escaramuza -el mayor enfrentamiento en 45 años- se dio a mediados de junio de 2020 y dejó 20 soldados indios abatidos y 76 lesionados en el estratégico valle del río Galwan, en Ladakh. Por su parte, Pekín señaló el 19 de febrero -ocho meses después- que cuatro de sus soldados habían muerto y uno resultó herido de gravedad, su primera confirmación de bajas tras condecorarlos por “sacrificarse para defender la soberanía nacional”.

India y China comparten una frontera de 3.500 kilómetros, que genera disputas en otros puntos de Ladakh, inclusive en Aksai Chin, un corredor estratégico que une a Tíbet con el oeste de China a la altura del valle de Galwan, como en el paso de Naku La, ubicado más al este, que conecta al estado de Sikkim con Tíbet.