El “chaqueo” es el término con el que campesinos e indígenas bolivianos conocen la quema controlada para expandir las zonas agrícolas, una práctica que durante años estuvo prohibida de forma legal pero no en la realidad y que fue legalizada en 2016.

La Ley 741 de 2016, que autoriza el desmonte para “pequeñas propiedades para actividades agrícolas y pecuarias”, es señalada por organizaciones no gubernamentales (ONG) y la oposición boliviana como la causante de los incendios que han arrasado más de 1,2 millones de hectáreas, tanto pastizales como bosques.

A esta ley, se suma un decreto firmado por el propio presidente Evo Morales en julio de 2019, que permite los desmontes para actividades orientadas a la ganadería y la agricultura, consigna el portal boliviano Página Siete.

“En los departamentos de Santa Cruz y Beni, se autoriza el desmonte para actividades agropecuarias en tierras privadas y comunitarias, que se enmarque en el Manejo Integral y Sustentable de Bosques y Tierra (…) En ambos departamentos se permite las quemas controladas de acuerdo a reglamentación”, señala dicho decreto.

Las medidas han sido señaladas como las causantes de los incendios en Bolivia, denuncian las ONG en el país altiplánico, que han denunciado una política contraria al medio ambiente por parte del gobierno de Morales.

Este martes, unas 80 organizaciones ambientalistas solicitaron al presidente Morales derogar la ley y el decreto que, según ellos, incentivan la quema de bosques y pastizales para ampliar la superficie agrícola y que habrían causado los incendios, que desde mayo han arrasado 1,2 millones de hectáreas en el país.

“Como organizaciones estamos pidiendo la abrogación de la ley y el decreto”, dijo a la AFP la presidenta del Colegio de Biólogos de La Paz, Angela Núñez, en referencia a la Ley 741 de 2016 y un decreto de julio de este año que fomentan los incendios en la Amazonía y los pantanales del país, denunciaron.

Las organizaciones civiles señalaron cuatro elementos que confluyeron en la quema de bosques: la normativa actual; los “chaqueos” indiscriminados y descontrolados; el uso de la vegetación local como combustible; y las condiciones climáticas adversas.

La principal zona afectada en Bolivia es el bosque en la Chiquitanía de Santa Cruz, también los incendios arrasaron sectores de la reserva natura de Tucabaca o el parque Otuquis, consumiendo unos 40.000 árboles de maderas preciosas.

El gobierno ha descartado por ahora la anulación de la ley y el decreto y ha negado que sean la causa principal de la quema de bosques, medida que ha sido defendida por gremios ligados al comercio y la agricultura.

La ONG privada Instituto Boliviano de Comercio Exterior, Gary Rodríguez, señaló que el país “no tiene por qué retroceder en sus posibilidades de desarrollo” y cuestionó una eventual derogación.

“Bolivia está usando mínimamente su capacidad ganadera y de agricultura”, declaró Rodríguez, quien acotó que este sector no tradicional puede constituir un gran aporte al desarrollo, junto a los hidrocarburos y la minería, cuya producción atraviesa dificultades para sostener la economía nacional.

El “chaqueo” de pastizales arrancó en mayo y se disparó en agosto.

Cancillería de Bolivia | Twitter
Cancillería de Bolivia | Twitter

Reacción de Evo

Morales ha intentado evitar una debacle por los incendios, considerando que ocurren a un mes y medio de las elecciones presidenciales, en las que busca su cuarto mandato y donde por primera vez tiene riesgo de perder en los comicios, aunque seguía siendo el favorito.

El mandatario llegó este martes a la región de Santa Cruz, donde con traje de operario, revisó lugares afectados por el fuego y señaló que sólo un “20% o 30%” de las tierras arrasadas por el fuego corresponden a bosques.

“Bosque es tierra virgen comúnmente conocido en el oriente boliviano, bosque es donde nunca ha habido chaqueo, donde nunca ha habido dotación de tierras, son tierras fiscales (…). De acuerdo a información preliminar que tengo, 20% o 30% de bosque, lo demás son zonas de chaqueo (…) eso no se puede reconocer como bosque”, explicó.

También ha descartado una reacción tardía ante el fuego, que inició hace tres meses.

“No hemos descuidado, desde el primer momento se ha trabajado (…) El 17 y 18 de este mes eran ocho mil focos de incendio y para ayer más de mil focos de incendio todavía”, agregó.

Igualmente, los datos aportados por el fuego dan cuenta que 1.200.000 hectáreas han sido destruidas por el fuego desde mayo. Además, en la última semana se llegaron a registrar hasta 8.000 focos de incendios, que en los últimos dos días se redujeron a poco más de 1.000 focos.

Entre las medidas tomadas tras las incendios, destacan el envío de militares y más de 2.000 funcionarios de diferentes entidades para combatir el fuego, la contratación del SupertTanker y la prohibición de la venta de tierras agrícolas afectadas por el fuego.