El saludo más efusivo de toda la cumbre del G20 fue entre el presidente ruso Vladimir Putin, y el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman, todo en medio de versiones de que ambos países han llegado a un acuerdo para recortar su producción petrolera.

La imagen de ambos, sonrientes, chocando palmas y dándose un fuerte apretón de manos, se hizo viral en pocos minutos y reflejó el buen recibimiento que ha tenido el príncipe por parte de los líderes mundiales, aunque igualmente quedó en un rincón de la fotografía principal.

Los principales líderes evitaron aislar al príncipe en este viaje, el primero que realiza desde que el periodista Jamal Khashoggi fue asesinado en el consulado de Estambul.

Al Bin Salmán se le vio conversando con el presidente Donald Trump y con su hija Ivanka y estrechó manos con el mandatario francés Emmanuel Macron.

En un breve intercambio, Macron expresó a Salmán el deseo de los europeos de que expertos internacionales participen en la investigación del asesinato del periodista. También hablaron sobre “la necesidad de una solución política” en el conflicto de Yemen, según la presidencia francesa.

Macron vio a Salmán y “quiso acercarse y tener con él una conversación muy franca y firme”, indicaron fuentes de la presidencia francesa, al referir que también abordaron el tema de los precios del petróleo y el papel de Arabia Saudita en su evolución.

Casi en seguida, medios sauditas difundieron un video de Macron, con semblante serio, y Salmán, sonriente. “Está allí, no vamos a jugar a las escondidas. No hay complacencia sino franqueza. Las cosas se dirán”, enfatizó la presidencia francesa al precisar que “ningún otro encuentro” está previsto entre ambos.

Khashoggi, un periodista crítico de Riad y quien era columnista del diario The Washington Post, fue asesinado y presuntamente descuartizado el 2 de octubre pasado en el consulado saudita de Estambul.

Riad niega que el palacio haya autorizado el crimen, pero un análisis de la CIA filtrado por la prensa estadounidense señaló como último responsable al príncipe heredero.