Frank Agrama fue un visionario del mundo televisivo que permitió dar a luz dos de las series más emblemáticas de los 80: la saga de ciencia ficción Robotech, y la serie histórica africana Shaka Zulu. Sin embargo, sus últimos años se vieron envueltos en el escándalo debido a varias acusaciones de fraude.

Es probable que el nombre de Frank Agrama no tenga mayor significado para ti, como tampoco el de su empresa, producciones Harmony Gold. Sin embargo de no ser por él, no habríamos conocido dos de las series más representativas de fines de los 80: Robotech y Shaka Zulu.

Nacido en 1930 en la ciudad egipcia de Arish como Farouk Agrama, este cineasta, escritor y empresario fundó en 1983 la firma Harmony Gold USA, con la finalidad de distribuir en Norteamérica producciones que triunfaban en el mercado asiático.

Precisamente, las noticias de su muerte llegaron a través de la cuenta oficial de la serie de animé, la cual informó que Agrama falleció “tranquilamente junto a su familia” la tarde del 25 de abril, a los 93 años de edad.

Lanzada en 1985, Robotech es en realidad una curiosa mezcla de tres series de animé diferentes: Super Dimension Fortress Macross, Super Dimension Cavalry Southern Cross y Genesis Climber, que se convertían en las tres diferentes “generaciones” de la saga.

Agrama decidió fusionarlas de la necesidad, ya que Macross sólo contaba con 36 episodios, los que no eran suficientes para los requerimientos de transmisión estadounidenses. Así, mezclándolos con las otras dos producciones, se logró superar los 65 episodios exigidos.

En Chile la serie alcanzó un estatus de culto, con coleccionistas que hasta hoy, atesoran las animaciones, libros, accesorios, figuras y modelos para armar de la serie.

Otra cinta que puso a Harmony Gold en el mapa fue Shaka Zulu, una producción sudafricana que contaba con actores locales y británicos para dar vida a la historia del llamado último rey de África, quien gobernó de 1816 a 1828.

Shaka Zulu | Harmony Gold USA
Shaka Zulu | Harmony Gold USA

La serie hizo historia por su inédita narración de la fortaleza de la tribu Zulu, en medio de las guerras tribales y una creciente colonización europea.

Para Agrama, sin embargo, no todo fueron éxitos. Su amistad con el exprimer ministro y empresario de medios italiano, Silvio Berlusconi, le pasó la cuenta, luego de que cinco de sus cuentas bancarias en Suiza fueran congeladas durante una investigación por fraude tributario y colusión para inflar precios de producciones televisivas.

Los problemas le seguirían persiguiendo durante dos décadas, hasta que dejó la empresa en manos de su hija, Jehan F. Agrama, quien hasta hoy lleva las riendas de Harmony Gold USA.