El periodista sufrió un portonazo en 2016 y una encerrona en 2019. Desde entonces asegura estar atento a cualquier movimiento en ruta e incluso memoriza patentes a su alrededor.

Durante la noche del viernes el periodista Juan Pablo Queraltó recordó en el programa Modus Operandi de Mega la violenta encerrona que sufrió en 2019, evento en el que recordó estar “entre la vida y la muerte”.

El comunicador comentó el hecho mientras por primera vez desde aquel asalto siguió sus pasos en la Ruta 5, donde fue interceptado por un grupo de delincuentes.

“Estaba hablando con mi papá por el sistema de bluetooth del auto sobre mi día y veo que los autos prenden los gatos (luces delanteras), se cruzan y bajan cuatro personas. Recuerdo que le grité a mi papá: ‘¡Me van a robar el auto!"”, narró.

El traumático momento

“Los tipos me cruzaron el auto y yo solamente atino a abrir la puerta y veo a los gallos aquí al frente”, dijo, narrando que había un sujeto con un arma a un lado y el resto rodeándole.

“No sé por qué, porque uno no anda con los pestillos abiertos, yo decido abrir la puerta y me bajo”, explicó en el programa.

Según su relato, tras bajar del vehículo, quiso tratar de rescatar su celular, sin embargo acabó siendo golpeado en la cabeza con la cacha de una pistola.

Tras el golpe, el periodista cayó al piso y comenzó a ser pateado por otros delincuentes. “En eso abro los ojos y veo la rueda de mi auto a un lado de mi cara. Ahí me dije ‘estos gallos me van a atropellar’, así que me giro para alejarme de la rueda y ahí veo como el auto se va”, contó.

Queraltó recordó entonces el momento de describió como el peor. “Eso porque me sentí absolutamente desposeído: empecé a correr por aquí (la salida del camino), como para devolverme y pedir ayuda”, contó.

En eso recordó cómo muchos lo ignoraron hasta que un médico, que aseguró ver la escena, lo trató de calmar y lo acompañó a hacer la denuncia en Carabineros.

Un intento de recuperar la normalidad

Tras eso, y bajo el consejo de quién lo ayudó, el periodista activó el rastreador GPS de su iPhone para encontrar su auto. Si bien Carabineros inició la persecución, el celular acabó perdiendo la señal y rastro.

Ahí, Queraltó recordó el trauma que sufrió por el episodio.

“Cuando ves que una persona te está apuntando con un arma, que tú no sabes si es de verdad o de mentira, sólo puedes pensar en la familia que uno tiene… uno pudo haberlo perdido todo por una locura de un delincuente, de haberme pegado un balazo por un bien material”, dijo.

“Estuve entre la vida y la muerte”, reflexionó tras la entrevista.

Según el rostro de CHV, tras lo vivido decidió cambiar su ruta de viaje, dejó de hablar por teléfono al conducir, está atento a cualquier movimiento en ruta e incluso memoriza patentes a su alrededor.

Esta no fue la primera vez que Juan Pablo Queraltó sufrió un asalto de estas características, ya que en 2016 sufrió un portonazo en el que opuso resistencia y acabó herido.