Un rotundo éxito en las elecciones de este fin de semana experimentaron algunos de los candidatos que capitalizaron matinales y otros paneles televisivos en el último año; todo esto en el marco de las consecuencias que causó el “estallido social” en los contenidos programáticos de la “pantalla chica”.

Los alcaldes Germán Codina en Puente Alto, Mauro Tamayo en Cerro Navia, Rodolfo Carter en La Florida y Gonzalo Durán en Independencia, sumado al triunfo avasallador en Las Condes de la candidata de Joaquín Lavín (Daniela Peñaloza) y al de Rodrigo Logan en la elección de constituyentes (también Alejandra Valle como concejal en Ñuñoa, también Daniel Stingo como constituyente en el Distrito 8), sólo por nombrar algunos, son ejemplos de la premisa que quedó en evidencia y que a su vez desliza una incógnita: ¿Fueron determinantes sus roles televisivos en sus respectivos triunfos electorales?

“Es un factor, pero también fundamentalmente el accionar que han tenido ellos anteriormente”, responde a BioBioChile el histórico director de TV Sergio Riesenberg (Festival de Viña del Mar, Sabor Latino, El Gran Baile, entre otros), uno de los escasos ganadores locales del Emmy. “Pero influye muchísimo el hecho de ser conocidos, aparecer dando opiniones y mostrando sus puntos de vista en la televisión. La gente que participa ahí, por lo general, tiene un favoritismo electoral”, asegura.

“No recuerdo anteriormente una participación tan activa y una demanda tan grande por la actividad política (en la TV chilena). Lo que pasa es que vivimos un momento muy difícil dentro del país y el mundo, entonces la opinión de los políticos en el Chile que está por definirse, es muy importante”, sentencia el también fundador de Chilevisión.

Hablamos, en rigor, del auge de la “telepolítica”, fenómeno medial que explica el cruce programático de ambos conceptos y que ha sido acuñado y desarrollado en extenso y coloquialmente (desde podcasts hasta seminarios) por el analista del área Mirko Macari.

“No sé si hay una relación entre aparición (televisiva) y triunfo, pero sí hay una relación entre aparición y presencia: te da posibilidades de participar en el juego”, explica el exdirector del diario electrónico El Mostrador.

“Te perfila: en el país después del estallido social, los matinales dejan la farándula y la entretención en clave ‘dueña de casa’ y asumen e internalizan esa energía, porque la gente quiere saber qué está pasando en la política y ver quién es quién. Hay un factor de mediación del matinal, que es un segmento popular, que conecta a los ciudadanos de nuevo con la política”, cuenta.

Desde la tribuna de los aludidos (y de los ganadores de esta elección) Rodolfo Carter, alcalde electo de La Florida con 58,73% (dobló la votación de su contendor más cercano), se ha convertido en un emblema de esta nueva corriente, protagonizando diversos y viralizados “momentos televisivos”.

“Sin duda tener presencia en medios de comunicación nacionales, como la televisión, permite que se conozca a la persona mucho más, pero no basta con eso, porque depende qué conocen de uno”, reflexiona en diálogo con BioBioChile.

“En esta campaña quedó demostrado que hubo figuras televisivas que tenían gran conocimiento y que fueron derrotados brutalmente en las elecciones municipales y de constituyentes… He sido muy cuidadoso de no prestarme para farandulizar mi imagen, ni salir hablando del tiempo, ni bailando en la TV. Cada vez que me tocó opinar fue en temas que tenían que ver con mi misión de alcalde”, se defiende.

Rating y votos

La primera mayoría nacional en la elección de constituyentes fue Daniel Stingo, abogado de largo historial en matinales y paneles e incluso dueño de su propio “court show”
en Canal 13 en 2007: el desaparecido “Tribunal Oral”.

En total, 111.482 votos (24,65%) del candidato que alguna vez fue tentado como presidenciable desde Revolución Democrática. ¿Cuánto del triunfo holgado de Stingo se explica en su exposición mediática? ¿Cabe en sí una relación directa entre rating y votos?

Para el columnista de TV, Rodrigo Munizaga, se trata de variables completamente distintas, por lo menos tomando en cuenta la elección del fin de semana.

En diálogo con BioBioChile, lo ejemplifica así: “En el último día de campaña, Cathy Barriga estuvo una hora en el matinal Bienvenidos de Canal 13, y el actual alcalde electo (Tomás Vodanovic) se quejó en redes sociales de que eso era publicidad gratuita, mientras él no tenía figuración. Si uno ve ese último ejemplo, uno diría que no le sirvió mucho a la exalcaldesa, porque no consiguió los votos”.

“Creo que en esta elección, particularmente, la televisión tuvo menos peso del que uno habría pensado, porque en los matinales de los 4 canales grandes las figuras que salían eran muy ligadas a la política tradicional: no recuerdo haber visto a Tomás Vodanovic, a la nueva alcaldesa de Ñuñoa (Emilia Ríos), o a muchos de los constituyentes independientes (en pantalla)”, explica.

“Me parece que la TV tiene un papel muy importante; que ha jugado un papel importante en muchas elecciones, pero que en esta en particular su poder fue marginal”, sentencia Munizaga.

Nuevos rostros

De los 155 candidatos electos de la Convención Constituyente, 48 corresponden a los denominados “independientes”, grupo al margen de los partidos tradicionales del espectro político.

Además de la franja electoral, su participación en TV fue reducida al mínimo, y en algunos casos prácticamente nula. ¿Serán ellos los protagonistas de la “segunda temporada” de la telepolítica local?

Mirko Macari: “Estamos viendo el fenómeno del fin de los partidos y la ‘ciudadanización de la política’. Y la TV, no toda pero alguna parte de ella, probablemente va a comprender que todos se equivocaron al no cubrir de manera debida y suficiente a los independientes. No vimos a la Lista del Pueblo en ningún matinal. Vimos paneles conformados por la heterogeneidad política tradicional de los partidos. Eso se va a tener que manifestar en la TV en general, sin lugar a dudas”.

La primera etapa después del estallido, describe Macari, fue llevar a escena a los tótems tradicionales. Ahora, vendría el turno del recambio: “¿Qué razón tienes para poner ahí a Fuad Chaín, presidente de la DC (renunciado este martes), si la DC tiene un solo convencional y la Lista del Pueblo tiene 28? ¿Quién pesa más? Cambian las lógicas de representación”.

Munizaga es escéptico de dicho relevo de “rostros”: “Lo veo poco posible. Conociendo mucho el funcionamiento de los matinales de TV, siempre recurren más o menos a las mismas figuras. Puede que le abran la puerta a un par, pero que reúna las características que le interesan a los matinales, y lo que les interesan son las figuras polémicas y por eso siempre está un Iván Morera o un Francisco Vidal. Canal 13 puso a Pamela Jiles y se expuso a lo que pasó con los conductores. Hay un prototipo”.

“No sé si esos candidatos independientes, que tienen demandas ecologistas, feministas; no sé si esas temáticas son las que a un matinal le vayan a interesar. Inicialmente, creo que no va a suceder eso. Tampoco creo que a ellos les vaya a interesar el formato matinal”, detalla.

“La televisión tiene que ser cada día más democrática”, plantea Carter. “Tienen que aparecer todos los rostros, porque los constituyentes, la mayoría de ellos, salieron con votaciones muy pequeñas. Candidatos con 1% o 2%. Es muy importante que se conozcan sus ideas”.

Moreira, estrella contradictoria

Para Riesenberg, un estudioso de la TV chilena, la telepolítica no se trata de una “editorialización” de los canales, ni tampoco de un mero ejercicio de relaciones públicas: “No veo mayor intencionalidad salvo buscar rating. La pelea de ellos es por eso, por el rating. Los dueños tienen una línea política bastante definida. El día en que los políticos dejen de marcar (sintonía), los sacan inmediatamente. La TV se mueve por el rating”.

Al exdirector incluso le agrada asistir al fenómeno como espectador, aunque sin engañarse sobre su utilitarismo.

“Es un hecho muy positivo (para la TV). Mira la inteligencia de Víctor Gutiérrez como director ejecutivo de La Red. Él llega a Chile, se da cuenta del fenómeno político y social y el canal lo carga donde está la mayor cantidad de la población. Entonces, a veces también hay un aprovechamiento de las circunstancias. Muy inteligente”, dice.

El alcalde Carter ve aspectos positivos en el cruce entre política y TV. “Depende cómo se haga: salir disfrazado o salir cantando no colabora. Se pueden hacer excepciones, se puede reír, tener una participación más humana. Pero un servidor público está para transmitir ideas”, apunta.

Del amplio panorama de figuras de este subgénero televisivo, uno que destaca según los especialistas es Iván Moreira, hoy prácticamente un panelista estable de “Contigo en la Mañana” en Chilevisión.

“Él lo hace muy bien. Los matinales siempre están llamando a los que funcionan mejor, hay harta rotación también. Pero Moreira es un contradictor que encontró su lugar ahí”, define Macari.

Por otro lado, tanto el locutor como Munizaga coinciden en la astucia de Joaquín Lavín en este tipo de instancias. “Durante mucho tiempo Joaquín Lavín logró una buena performance como panelista, con sus dotes como comunicador. Quien también ha logrado eso es Evelyn Matthei, que explotó su veta lúdica y aparentemente deslenguada y creo que ayudó a acercarla a la gente”, apunta el columnista de La Tercera.

“Diría que de la oposición nadie (ha destacado), porque me parece que entraron menos en el juego de los matinales, como Jadue, que terminó una vez discutiendo con la conductora del matinal de Chilevisión y eso no se ve bien mediáticamente”, recuerda.