El 28 de agosto de 1922 zarpó desde Coquimbo el vapor Itata con más de 450 personas a bordo que se dirigían a trabajar al norte motivadas por el auge del salitre.

Sin embargo, la nave no llegó a puerto. Frente al sector de Punta Choros, una fuerte tormenta y la sobrecarga hicieron que el vapor naufragara en solo tres minutos, constituyendo la peor tragedia en la historia marítima de Chile.

“Itata 1922” es el documental que mostrará esta historia en donde se revelarán detalles del denominado “Titanic chileno”, de la cual solo 26 personas lograron sobrevivir.

En concreto, el film se emitirá este domingo 17 de mayo, a las 22:30 horas, a través del canal 13C.

El proyecto audiovisual dirigido por Ricardo Bordones fue apoyado con las recreaciones del relato de uno de los sobrevivientes de este naufragio, un periodista anónimo que escribió el libro “La catástrofe del Itata” con sus vivencias durante la tragedia.

Estos testimonios en flash back y los indicios y conjeturas que realizaron los equipos de búsqueda (científicos e historiadores) dialogan en un relato visual de marcados contrastes entre el pasado y el presente.

“El Itata tiene un inigualable valor patrimonial, por su historia militar en la Guerra del Pacífico, por su historia política en la Revolución de 1891 y por ser la peor tragedia marítima en la historia de Chile”, explicó Bordones a BiobioChile.

“El Itata es parte de la historia de este país, pero no tenía el reconocimiento que merecía el sacrificio de estas familias que viajaban a bordo”, añadió.

Respecto a la comparación que realizan sobre el vapor Itata y el trasatlántico británico Titanic, historia conocida por la clásica película protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, Bordones realiza algunos alcances: “son hechos dramáticos ambos, pero es una comparación histórica que realizó la prensa y guarda algunas diferencias y similitudes”.

“El Itata carecía del lujo y glamour que podría haber llevado el Titanic, pero también llevaba personas al norte a hacerse la ‘América’ a la industria salitre”, sostuvo.

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El reencuentro

La productora audiovisual Silvestre trabajó durante cinco años para lograr ubicar el naufragio, con el apoyo de la Armada y la Universidad Católica del Norte, proyecto que registraron con relatos inéditos, fotografías, diarios y diversas expediciones.

A fines de 2017, y gracias a su meticulosa investigación, encontraron a 206 metros de profundidad los restos del vapor Itata, frente a la costa de Chungungo, en la comuna de La Higuera.

“Debido a la profundidad y la ausencia de luz y oxígeno, el Itata se encontraba intacto… una cápsula del tiempo cuyos objetos, zapatos, botellas y maletas cuentan la historia de cientos de familias chilenas que viajaban en búsqueda de un anhelo de vida en el norte”, contó el realizador.

Una vez que dieron con el vapor, el equipo del documental pidió el apoyo de la Armada para lograr una imagen digital del Itata a través del buque “Cabo de Hornos”, construido con fines oceanográficos.

Esto último con el objetivo de conocer la disposición de sus restos, estructura y antecedentes para la investigación arqueológica.

Así lo recuerda el director de “Itata 1922”, quien reveló que este hallazgo significó, además, “una gran oportunidad para realizar una sencilla y simbólica ceremonia de ofrenda floral” con familiares de las víctimas en el punto exacto del naufragio.

“Esto nos sirvió para dar un reconocimiento a estas familias, mujeres, hombres y niños que viajaban con anhelos y esperanzas de un mejor futuro. Fue una forma de cerrar un ciclo de búsqueda y abrir un ciclo de puesta en valor”, agregó Bordones.

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La historia del Itata

El Itata fue construido por los astilleros de R&J. Evans & Co., en Liverpool, por encargo de la Compañía Sudamericana de Vapores.

Antes de las modificaciones de 1920 tenía en sus dos cubiertas una capacidad para 110 pasajeros en recamaras y 300 en cubierta. Además, podía transportar 210 vacunos en pie.

Esta nave fue arrendada por la Armada durante la Guerra del Pacífico y usada como transporte de tropas y armamento.

A bordo de este vapor se comandó el desembarco en Pisagua a cargo del capitán Patricio Lynch (1879).

Asimismo, el vapor fue utilizado en otro importante acontecimiento histórico nacional: participó en un contrabando de armas desde Estados Unidos para las tropas que derrocarían al presidente Juan Manuel Balmaceda (1886-1891), en pleno quiebre institucional en el Congreso Nacional.

Esto derivó en una persecución de la Armada de Estados Unidos por los puertos del Pacífico.