Seamos sinceros, la pandemia nos tiene a todos un poco más estresados de lo normal. Y es que entre las cuarentenas, el teletrabajo y la crisis económica no hay quien resista. Por lo mismo, muchos están recurriendo a las plataformas de streaming para escapar de la realidad por un rato.

En este escenario, la primera temporada de Emily in Paris es una alternativa perfecta para apagar el cerebro por un rato y dejarse llevar por un historia sencilla, fresca, dinámica y entretenida.

La serie protagonizada por Lily Collins, cuenta la historia de Emily, una ejecutiva conocedora de las redes sociales que es enviada a París para dar una perspectiva norteamericana a una pequeña agencia de marketing, adquirida por la empresa donde trabaja.

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going✈️paris! see u tomorrow 💕

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La joven millenial -que por cierto no habla francés- se enamora de la ciudad, pero debe hacer frente a sus colegas que no la aprecian para nada, una jefa que no la soporta y una nueva vida de soltera.

El personaje de Collins puede llegar a ser tan adorable como irritante. Aunque explica el funcionamiento de las redes sociales como si en Francia no existieran, es persistente en su trabajo y tiene claros sus objetivos.

La trama no tiene nada de novedosa, de hecho, la hemos visto por décadas en series y comedias románticas, sin embargo, de alguna forma Darren Star -el responsable de Sex and the city– logra actualizar la historia y volverla un nuevo placer culpable.

La producción tiene todos los elementos ultraprobados para éxito, comenzando con hermosos paisajes de París, momentos de moda iconicos (creados por Patricia Field, la misma responsable de la ropa de Carrie Bradshaw), relaciones pasajeras con galanes diversos y por supuesto personajes bien escritos.

La jefa de Emily, Silvye (hilippine Leroy-Beaulieu), es un gran ejemplo. Aunque en ocasiones parece la hermana menor de Miranda Priestly, su exasperación con la joven es muy entretenida de ver.

Por su parte, desde que aparece por primera vez en escena, Mindy (Ashley Park) se vuelve un personaje con el que te encariñas mucho. Esta niñera china que llegó a París escapando de sus millonarios padres se transforma en la nueva mejor amiga de Emily y ambas comparten una dinámica encantadora.

Collins resultó ser la perfecta Emily, cautivadora, entrañable y contundente, que sabe lo que quiere, lo que vale y cómo conseguirlo.

Emily in Paris es un cruce entre El diablo se viste a la moda y Sex and the City, aunque con un tono moderno y capítulo de 30 minutos muy fáciles de ver y digerir.

La primera temporada de Emily in Paris debuta este viernes en Netflix.