Alerta de Spoiler
Este artículo podría contener información clave sobre la trama de un libro, serie, videojuego o película.

Hollywood suele tomar historias reales para transformarlas en éxitos de taquilla. Por supuesto que, para alcanzar su objetivo, los productores tienden a cambiar ligeramente la trama con fines dramáticos.

Esto ocurrió con las memorias de Tami Oldham Ashcraft, una trotamundo norteamericana, cuya vida inspiró la nueva película A la deriva protagonizada por Shailene Woodley y Sam Claflin (la que llegó a los cines chilenos este jueves).

La producción muestra como en 1983, tras comprometerse con su novio británico Richard Sharp (Claflin), Oldham acuerda embarcarse con él en una de las mayores aventuras de su vida. Juntos cruzarían el océano Atlántico para llevar un lujoso yate desde Tahiti a San Diego, en Estados Unidos.

Por supuesto, todo comenzó bien para la pareja, pero a dos semanas de iniciar el viaje se enfrentaron al huracán Raymond, uno de los peores de la historia.

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La película muestra cómo el ciclón vuelca el yate y deja a Tami intentando desesperadamente mantener con vida a su novio y sobrevivir en medio del mar. Sin embargo, la historia real fue un poco diferente a cómo se muestra en la pantalla grande.

10 años después del accidente, Oldham contó la historia en su libro Cielo rojo en duelo: Una historia real sobre el amor, la pérdida y la supervivencia en el mar, donde relata cómo fueron los 41 días que estuvo a la deriva y cómo también logró sobrevivir.

Según explica la mujer en sus memorias, días antes del accidente recibieron una advertencia por radio sobre una tormenta que se estaba acercando, pero nunca sospecharon la intensidad, fuerza y velocidad que alcanzaría.

Tami y Richard intentaron huir del huracán navegando hacia el norte y luchando con vientos de 140 nudos y olas de 12 metros, pero el ciclón seguía cambiando de dirección. “Escapamos durante tres días tratando de pensar cómo hacerlo, porque la tormenta seguía cambiando de dirección. Las tormentas van dos veces más rápido que tú y no podíamos hacer ese tiempo con el yate para salir del camino”, aseguró Oldham a la revista People.

Los verdaderos Tami Oldham y Richard Sharp
Los verdaderos Tami Oldham y Richard Sharp

El 12 de octubre de 1983, ambos estaban agotados, por lo que Sharp le dijo a su prometida que bajara a descansar, mientras él se amarraba al bote en un intento por seguir esquivando el desastre y mantenerlo a flote. A los pocos minutos el huracán los alcanzó. Lo último que recuerda Tami fue la voz de su novio gritando: “Dios mio”.

El yate se volcó y la mujer se golpeó en la cabeza quedando inconsciente. Despertó 27 horas después y cuando subió a la cubierta descubrió la cuerda con la que Richard se había amarrado, colgando en el bote, pero no había señales de él: Se había perdido en el mar

“Cuando desperté después de haber sido noqueado durante 27 horas, no sabía dónde estaba. Yo estaba como, ‘¿Dónde estoy?’. El bote estaba medio lleno de agua en ese momento y yo no podía recordar nada… Miré a mi alrededor y dije ‘Dios mío. Richard. ¿Dónde está Richard? “, recordó. Así descubrió que el hombre se había perdido en el mar y que ella estaba completamente sola.

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En la película se muestra que la mujer encuentra a su novio malherido y logra subirlo al yate, pero mientras se desarrolla la cinta comienza a quedar la duda de si él está realmente ahí o si es una alucinación producto del fuerte golpe que recibió en la cabeza o del dolor que la invadía por su herida en la pierna.

“Ambas heridas eran serias. De alguna forma pude mantener limpia mi herida en la cabeza, las mantenía con vendas. Gracias a Dios que estaba debajo de mi cabello, así que no podía verla. Mi cabeza se abrió de par en par, y sangré mucho. Mi pierna, en tanto, seguía golpeandose contra todo y como había tanta agua en el bote, se mantenía mojada todo el tiempo. Estaba súper preocupada por mi pierna”, recordó.

Gracias a que Tami sabía de navegación, se dio cuenta que su mejor opción era establecer rumbo a Hawai (que estaba a 2400 kilómetros). Tras construir una vela improvisada que le permitió navegar, inició su camino sólo con la ayuda de un sextante, un antiguo instrumento de navegación que se usa para medir el ángulo del sol sobre el horizonte.

Todo esto lo hizo, mientras trataba de no pensar en la pérdida de su novio. “Tuve que decirme a bordo que ya no podía llorar porque estaba perdiendo demasiada agua. Mi suministro de agua era muy limitado”, comentó.

“Tuve una gran charla conmigo misma. Esa fuerza interna para sobrevivir es tan fuerte, pero no sabes que está ahí. Simplemente no te das cuenta hasta que te encuentras en un momento realmente crucial en el que tienes que sobrevivir. Es increíble lo que puedes hacer”, señaló.

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Durante todo el tiempo, Oldham sobrevivió a base de latas de comida que logró rescatar y tarros de mantequilla de maní, además comió todo lo que encontró desde frutas para tragos hasta sardinas.

Pero a pesar de su determinación, la voluntad de Tami se quebró luego de pensar erróneamente que había encontrado una isla. Cansada y herida, tomó un rifle para suicidarse, sin embargo, una voz la convenció de detenerse, algo que no se mostró en la película.

En su libro, sin embargo, Tami afirmó que aquella voz no era la de su novio, sino que una “voz interior” que era audible para ella externamente. Para algunos se trataba de una alucinación por su golpe en la cabeza, mientras que para otros era la voz de Dios quien le habló.

El fin de la pesadilla

Tras 41 días en alta mar, el 22 de noviembre, la mujer logró llegar a Hilo, Hawai, donde lanzó una bengala que fue fue vista por un barco de investigación japonés, cerca de las cuatro de la madrugada.

Los tripulantes le dieron café y una manzana, y la remolcaron durante un tramo hasta que se encontraron con la Guardia Costera que hizo lo mismo y trasladó lo que quedaba del yate hasta el puerto.

“Los miembros de la tripulación del barco estaban impactados. Yo estaba agotada. Estaba muy por debajo de mi peso: mido un metro 75 cm y pesaba alrededor de 45 kilos. Ni siquiera fui al hospital. ¿Puedes creerlo? No puedo creer que nadie me haya enviado al hospital”, recordó.

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Pese a todo, la mujer logró recuperarse, el camino no fue nada fácil. “Tuve una lesión en la cabeza, ni siquiera pude leer un libro durante casi cinco años. No podía terminar oraciones, mi memoria a corto plazo era realmente mala”, explicó a People. “Ver a las parejas juntas, ese tipo de cosas, me fue difícil. Tuve pesadillas que me consumieron durante años y años. Luego me di cuenta, después de cinco o seis años, que podía elegir cuándo comenzar a pensar en él y en la experiencia”, sentenció.

Uno de los grandes arrepentimientos de la joven fue jamás haber buscado ayuda psicológica para lidiar con el trauma. De hecho, recién cinco años después de lo que ocurrió logró volver a sentirse alegre nuevamente, no obstante volvió a la navegación casi de inmediato.

Su libro, por otro lado, le sirvió como terapia para explorar sus sentimientos, lo que le permitió también volver a enamorarse y formar una familia, pero la tragedia volvió a azotarla cuando su hija mayor falleció a los 22 años producto de una inhalación accidental de monóxido de carbono.

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Reviviendo el pasado

Oldham tardó cuatro años en terminar su libro, el cual sirvió de inspiración para la película. “Nos quedamos despiertos toda la noche leyendo el libro. Es una historia tan poderosa y emotiva que instantáneamente supimos que teníamos que contarla. Nos dimos cuenta de que su increíble historia real era mejor que cualquier cosa que pudiéramos inventar. Al día siguiente, nos pusimos en contacto con Tami para tratar de escucharla de primera mano y buscar su colaboración y participación”, señaló al diario español ABC Jordan Kandell, uno de los guionistas del filme.

Cuando la producción se encontraba a la mitad del rodaje, Tami aceptó visitar el set, lo que fue una experiencia reveladora para ella.

“Cuando llegué con la puesta de sol y vi a Shailene y el barco destrozado, fue una experiencia increíble. Algo golpeó mi corazón. La experiencia en ese momento me hizo comprender que tenía una fuente de fortaleza interior y una voluntad de vivir que no había reconocido antes”, dijo.

Pero una de las cosas que más la impactó fue el parecido del protagonista con su fallecido novio. “Es extraño lo mucho que -Sam Claflin- se parece a Richard, porque tiene esa actitud carismática que tenía Richard. Creo que el universo nos envió a Sam para interpretar a Richard”, finalizó.

La cinta ya se encuentra en la cartelera nacional.

Agence France - Presse
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Revisa aquí el tráiler de la cinta