La vida de César Millán parece sacada de una película. Es que este entrenador canino, por más de 20 años, se ha especializado en corregir el comportamiento agresivo del “mejor amigo del hombre”.
Su enorme carisma y su particular método, basado en “toques” y otras habilidades para impactar positivamente al animal, lo convierten en un personaje querido en la industria televisiva.
Pero pocos conocen el origen humilde del presentador, que con 21 años, cruzó la frontera de Estados Unidos, poniendo en peligro su propia vida.
Sin embargo, el adiestrador salió adelante gracias a las ganas de querer torcer su destino, uno que sin duda, superó sus expectativas.
La vida de inmigrante de César Millán
La vida le ha sonreído a César Millán, que nació en Culiacán, Sinaloa, México. A pesar de criarse en un ambiente complicado, una tierra en disputa por las bandas narcos, el mexicano siempre soñó con querer hacer algo grande.
Con 13 años, tenías las cosas claras, pues sabía que su camino no eran los estudios formales, porque un día, al ver Las aventuras de Rin Tin Tin y Lassie, Millán supo que su destino estaba en los Estados Unidos.
“Un día, iba a un campeonato de judo y, en el camino, me paré en el malecón de Mazatlán y le dije a mi mamá ‘¿crees que puedo ser el mejor entrenador de perros del mundo?’, y ella ni sabía que era eso, pero me dijo ‘¡tú puedes ser lo te de la gana!"”, recordó Millán, a CNN.
Por este motivo, con apenas 21 años, el mexicano partió rumbo a la frontera. Siendo víspera de Navidad de 1991, lo dejó todo para cumplir su sueño, pese a que no sabía hablar inglés y tenía 100 dólares para sobrevivir.
En estas precarias condiciones, Millán amagó el peligro, dado que estaba expuesto a morir asesinado con el propósito de vender sus órganos. “En cuanto llegas al cruce, lo primero que vez es gente queriendo aprovecharse de ti… Morir es más probable que conseguir saltar”, afirmó César, según una nota de El Mundo.
Así las cosas, gracias a un coyote, Millán pudo llegar sano y salvo a Estados Unidos. No obstante, su recorrido estaba recién empezando.
El difícil comienzo de “El encantador de perros” en Estados Unidos
Lejos de lograr rápidamente sus propósitos, César Millán, tuvo que dormir en la calle, durante dos meses.
Hasta que su suerte empezó a cambiar, después que inició un emprendimiento de peluquería canina y de paseador de perros. En estas circunstancias, conoció a Jada Pinkett Smith, quien incluso le ayudó a pagar sus clases de inglés.
De este modo, a más de diez años de llegar al país, Millán pudo abrir su centro especializado para tratar a los perros agresivos. Su historia de vida, llamó la atención de Los Ángeles Times, que publicó una nota sobre su trabajo. Posteriormente, National Geographic le propuso crear el programa “El encantador de perros”, el espacio que estuvo ocho años al aire y le dio fama mundial a Millán.
En ese sentido, el mexicano ideó un método que no ha estado exento de críticas, debido a que diversas organizaciones pro animales, lo acusaron de ejercer maltrato. La figura televisiva se ha defendido aduciendo que en verdad se dedicaba a educar a los tutores de los canes. “Cuando vas a criar un niño o un perro tu energía va a estar reflejada en él, por eso yo me enfoco en lo humano. Adiestrar perros es fácil, pero para ganarte la confianza y el respeto se necesita otra cosa”, añadió a nuestro medio asociado EFE.
Sin embargo, pese al éxito conseguido, la vida personal de César Millán se estaba desmoronando.
La crisis de “El encantador de perros”
En el 2010, una serie de acontecimientos devastaron a Millán. Primero sufrió la muerte de su pitbull llamado “Daddy”, quien lo acompañó los primeros 16 años en Estados Unidos. El can que murió por un agresivo cáncer, significó todo para el oriundo de Sinaloa.
“Daddy era mi Tíbet, mi Himalaya, mi Gouda, mi Buda, mi fuente de calma”, sostuvo Millán a Associated Press.
De acuerdo con “Cesar Millán: La verdadera historia”, un documental de Nat Geo Wild, la estrella televisiva sufrió al mes siguiente, la separación de Ilusión Wilson, con quien tuvo dos hijos en común, André y Calvin. La noticia lo dejó por los suelos, adolorido y desesperanzado, César Millán sufrió de ideación suicida.
“Tuve pensamientos suicidas a causa de un sentimiento de fracaso. Ese sentimiento de fallar y no ser lo suficientemente bueno. Hablas contigo mismo, piensas que nadie te quiere, que tu clan no te quiere. Y mi clan familiar simplemente se fue… Es como si tu casa estuviera ardiendo y no pudieras hacer nada”, recogió El Mundo.
Al respecto, en mayo de 2010, casi muere por sobredosis de drogas, pero al final se recuperó, según dijo. En el mes siguiente, se hizo público la noticia de su divorcio.
Aunque había reconocido en su blog que el verano de 2010, había sido bastante ingrato, paulatinamente Millán pudo rehacer su vida.
El presente de César Millán
En estos días, Millán tiene un rancho en California llamado Centro de Psicología Canina, un lugar de 18 hectáreas, ubicada en Santa Clarita (California), que está equipado con un gimnasio, una granja y una amplia terraza.
“Creé este lugar para que las personas puedan ingresar a un hogar seguro, en paz y amor, donde todos los animales y especies viven juntos en armonía”, recogió El Mundo.
Millán que en la actualidad tiene el programa ‘Mejor humano, mejor perro’, continúa activo, demostrando que respeta la conexión entre humanos y perros. “Dependiendo de donde vives en el mundo, tu cultura y tus tradiciones te hacen ver cosas diferentes, mientras que, con un perro, no existen barreras socioculturales o lingüísticas”, aseveró a Agencia EFE.
“Yo puedo ir a Rusia y hablar con un perro sin saber ruso”, explicó sobre la pasión que le despiertan los perros.