En enero de este año, Ellen DeGeneres asistía junto a su esposa, Portia di Rossi, a la ceremonia de los Golden Globes 2019, donde fue homenajeada con el premio honorífico Caroll Burnett Award, que reconoce la excelencia en la televisión y que se entregaba a la comediante por su trayectoria en las comunicaciones.

La actriz Kate McKinnon, conocida por su participación en Saturday Night Live, presentó el galardón, destacando los importantes pasos que dio DeDegeneres, cómo reconocer su homosexualidad cuando aún era un tema tabú en la sociedad americana.

McKinnon, mencionaba “Si no la hubiera visto en televisión, habría pensado: ‘Nunca podré salir en televisión. No dejan que gente LGBT salga en televisión’. Y peor que eso, habría llegado a pensar que yo era un alienígena y que quizá no tenía derecho a estar aquí”, destaca Vanity Fair.

Al recibir el premio, Ellen protagonizó un emocionante discurso. “Soy un libro abierto. […] La televisión inspiró todo lo que soy hoy en día. Todo lo que quiero hacer es que la gente se ría y se sienta bien. Y no hay mejor sensación que cuando la gente dice que les he ayudado a pasar por un momento difícil”, señaló, recordando los más de 3.000 episodios de su programa The Ellen Show.

Ovacionada por las personalidades más importantes del espectáculo mundial que se dieron cita en el Beverly Hilton en Los Angeles, la voz de Dory en “Buscando a Nemo” seguía en la cima, sin embargo, sólo bastó un tweet para que toda esa alegría y emoción frente a DeGerenes, cambiara radicalmente.

Ambiente laboral tóxico

La comediante, que en 2016 fue premiada por Barack Obama con la “Medalla de la Libertad”, el reconocimiento más importante que reciben los ciudadanos civiles en Estados Unidos, transitaba por uno de los mejores momentos de su carrera.

Luego de 10 años, protagonizaba su primer monólogo “Relatable” en Netflix, donde recogía pedazos de su vida y carrera, y también firmaba por 3 temporadas más de su programa, luego de rumores que indicaban que se retiraría de la escena televisiva.

Todo iba perfectamente bien hasta que en marzo de 2020, el programa dejó de estar al aire desde los estudios de Warner Bros, que cerraron debido a la pandemia del covid-19, y las grabaciones se trasladaron a la casa de la comediante, desde donde se emitió el show hasta el final de la temporada 17.

Fue en este contexto que el cómico Kevin T. Porter lanzó un polémico tweet, en el que destacó que DeGeneres era una de las personas más crueles del mundo y que donaría 2 dólares a LA Fook Bank (Banco de Alimentos de Los Angeles) por cada respuesta que contara una anécdota que diera cuenta de la “crueldad” de la comediante.

El tweet, que actualmente tiene más de 18 mil comentarios y RT, dejó al descubierto que la comediante que conquistó Estados Unidos era más bien una diva, ya que según comentaban ex colaboradores, tenía manías complejas, era fría y lo más grave: el ambiente de trabajo del popular show era tóxico y muy por lejos de las palabras que emitía Ellen, un lugar feliz y de amor.

Al mismo tiempo, la revista Variety lanzó un artículo que describía las malas condiciones en las que estaban los empleados del programa, que en medio del confinamiento por coronavirus quedaron en la incertidumbre, sin saber qué suerte correrían sus empleos, considerando que la producción se había trasladado al hogar de la conductora.

Por su parte, la producción del show respondió inmediatamente, anunciando que todos mantendrían sus salarios adaptados a una reducción de jornada, destacó Hufftington Post.

Me siento en una cárcel

Cuando la fama de la actriz ya venía en picada, cometió un error que le costó el repudio del público. Ellen dijo: “Me siento como en una cárcel” al describir su cuarentena, al mismo tiempo que mostraba su lujosa mansión ubicada en Santa Bárbara, donde comparte con su esposa y sus mascotas, una realidad muy lejana de la que viven la mayoría de sus seguidores.

View this post on Instagram

Happy Monday! 😊❤ | @theellenshow @edbyellen

A post shared by Ellen DeGeneres Update (@ed_ellen_update) on

El desafortunado mensaje se sumó a una serie de artículos durante los últimos meses que contaron historias insólitas de DeGeneres, como la experiencia de la youtuber NikkiTutorials quien tras estar en su show dijo que la recepción fuera de cámara fue fría y diferente de cómo se comportaba en vivo. Mientras, un guardaespaldas aseguró que la comediante nunca lo saludó o le dio las gracias por protegerla a ella y su familia.

Pero el golpe final lo dio BuzzFeed en una serie de reportajes que contó con declaraciones de antiguos trabajadores del programa, quienes de forma anónima relataron sus experiencias trabajando junto a Ellen. Acusaron un ambiente de Miedo, intimidación, racismo, prohibición de hablar con la presentadora, despidos luego de tomar licencias o asistir a funerales o incluso, luego de un intento de suicidio por parte de un trabajador.

En una de las acusaciones más graves, tres miembros del equipo -Kevin Leman, Jonathan Norman y Ed Glavin- fueron apuntados con denuncias de de acoso y conductas sexuales inapropiadas.

Estas críticas -si bien no iban en contra de la artista, sino que sus ejecutivos y productores- destacaban que ella sólo miraba hacía un lado y no se hacía parte de las situaciones que ocurrían detrás de cámaras.

La investigación y tres despidos

Los artículos dieron origen a una investigación interna que encargó Warner Media e incluyó entrevistas a más de 100 trabajadores y ex trabajadores del programa, con el objetivo de analizar las prácticas laborales que se realizaban en el show.

Durante este mes se dieron a conocer las primeras consecuencias de esta investigación, consignó El País. A través de una videoconferencia con todos los empleados, DeGeneres reconoció haber cometido errores y estar dolida al leer las quejas de quienes trabajaron junto a ella y además se disculpó con cualquiera que se haya sentido ignorado por ella.

También señaló que se esforzaban para que el programa fuera “una máquina bien engrasada”, y afirmó que a veces, los líderes no se comportaron con “la sensibilidad propia de un ser humano”.

Asimismo, se dio a conocer que los tres productores sindicados como los responsables de la mala atmósfera en el programa, (Ed Glavin, Kevin Leman y Jonathan Norman) fueron despedidos.

Junto a esto, se evidenció que si bien no hay un “racismo sistémico”, es necesario hacer mejoras en diversidad e inclusión, lo que implica talleres para el personal, así como un representante de recursos humanos y una línea directa para quejas.

Una defensa VIP y la nueva temporada

Pese a que la imagen de DeGeneres quedó dañada luego de que se destapara el escándalo, diversas personalidades de Hollywood como Katy Perry, Kevin Hart, Diane Keaton, Ashton Kutcher, Alec Baldwin y Jay Leno, entre otros, salieron en defensa de su amiga, destacó la revista Vulture.

Su esposa, Portia Di Rossi publicó en su cuenta de Instagram una imagen con el hashtag #IStandByEllen (algo así como “Me quedo junto a Ellen”), agradeciendo el apoyo de todos su fans en la difícil etapa que estaban viviendo.

Eso sí, sigue llamando la atención el silencio de cercanos a la actriz como Jennifer Aniston, Kristen Bell, Reese Witherspoon o Justin Timberlake.

Pese a que hubo incertidumbre frente a la nueva temporada del programa, el próximo 9 de septiembre Ellen volverá al escenario de “The Ellen DeGeneres Show”, pese a que incluso se rumoreó que sería reemplazada, informó Today.

Ahora, se espera ver cómo responderá la audiencia al programa luego del escándalo en el que se vio envuelto y considerando que la investigación que realiza Warner Media continúa su curso y los empleados han sido beneficiados con días libres, licencias y permisos que les ayuden, en parte, a intentar volver a trabajar al lugar feliz que Ellen prometió desde un principio.