A sus 38 años, la cantante estadounidense Britney Spears no tiene control sobre su fortuna y debe pedir permiso a su padre incluso para las cosas más básicas -como salir a comer una hamburguesa-, porque así lo determinó un tribunal hace años.

Todo se remonta a los tristes episodios vividos en 2007 cuando la intérprete de “Baby, one more time” entró en una profunda depresión, que incluyó adicción a sustancias, luego de su quiebre con su marido Kevin Federline, quien es el padre de sus dos hijos. Durante ese tiempo fue que golpeó a un paparazzi y se rapó la cabeza, entre otros episodios que marcarían el inicio de su historial psiquiátrico.

De hecho, ese año fue internada en un centro de rehabilitación al mismo tiempo que se le entregaba la custodia de sus hijos a su ex marido y su padre solicitaba ser el tutor legal de ella.

Aunque se suponía que la estrella estaría bajo tutela de su padre tan solo un año, ya lleva 13. Desde entonces, Britney Spears no puede dar entrevistar, salir a comprar, ir a cenar a restaurantes o gastar su dinero sin que su progenitor lo autorice. Es más, su enorme fortuna avaluada en más de 200 millones de dólares (de acuerdo a Forbes), la administra él.

Si bien con los años, Britney parecía estar mejor e incluso volvió a actuar y hacer música, en abril de 2019 fue ingresada a una clínica psiquiátrica supuestamente debido a una crisis. En ese entonces se decía que la situación se desató debido a los problemas de salud de su padre, Jamie Spears, quien había sido intervenido en dos ocasiones por un problema en el colon.

No obstante, ella después aseguró que su propio padre forzó su ingreso al recinto luego de que ella saliera a comer una hamburguesa con su novio sin pedirle permiso.

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Britney quiere que Lynne sea tu tutora

De acuerdo al diario El País, en medio de su delicado estado de salud, Jamie cedió temporalmente la tutoría a su mánager Jodi Montgomery y las cosas se tornaron complejas. Además, Por si fuera poco, en septiembre de 2019 Kevin Federline acudió a tribunal para reducir la custodia de Britney sobre sus hijos, acusando a Jamie de maltratarlos. El juez se lo concedió.

Tras todos estos incidentes, Britney ahora desea que su madre Lynne -quien se divorció de Jamie en 2002- sea quien vele por ella. De hecho, la misma madre dijo que quiere hacerse cargo de su hija porque está preocupada por su bienestar y “alarmada” por su estado actual.

Algunos creen que esto es un intento de la cantante por liberarse, pues confía en su madre y sabe que no será tan controladora como su padre y su manáger.

De hecho, ya hace un tiempo hay una campaña en redes sociales llamada #FreeBritney (y #LiberenABritney en español) que exigen que la cantante pueda recuperar su autonomía. Incluso figuras como Miley Cyrus se han unido para exigir que la cantante pueda ser libre. También exigen que se investiguen porque esta tutoría legal se ha extendido por tanto tiempo.

Lynne ha argumentado que la grandiosa carrera de su hija durante todos estos años no se condice con las restricciones que se le han puesto sobre su propia vida.