En Navidad la familia real británica acostumbra a festejar con regalos estilo “broma” entre ellos, sin embargo, hace más de 30 años, la princesa Diana quiso sorprender al príncipe Carlos con un obsequio sincero y lleno de amor.

Lamentablemente, toda la preparación y dedicación de ‘Lady Di’ no sirvió de nada, ya que el padre de Harry y William odió el regalo y no tuvo problemas en decírselo. Al menos así lo consignó hace un tiempo la revista irlandesa Her.

La pareja se casó en 1981 y cuatro años más tarde ella decidió sorprender a Carlos, probablemente debido a la supuesta tensión que vivieron durante este tiempo, principalmente por la falta de amor del futuro rey de Inglaterra.

En este contexto, cuando llegó la Navidad de 1985, Diana de Gales se la jugó por una de sus pasiones de pequeña, el ballet, y con ayuda del bailarín profesional Wayne Sleep, armaron un espectáculo para dejar con la boca abierta al príncipe.

Fue así como en una gala navideña privada, se arriesgó con un obsequio muy característico de ella, pues según cercanos a la familia real de ese entonces, a Diana le encantaba “elevar el arte de hacer regalos”, considerando que estaba en un círculo tan acomodado que es prácticamente imposible regalarles algo que no puedan tener.

Por lo mismo, una joven Diana interpretó una pieza de baile de tres minutos inspirada en el ballet de Uptown Girl de Billy Joel, en el Royal Opera House de Covent Garden.

Lamentablemente, el experto en temas de realeza, editor del Daily Mail y amigo personal de Diana, Richard Kay, aseguró en el documental biográfico Diana: The Woman Inside, que a Carlos no le impresionó en lo absoluto, y ella terminó a las lágrimas.

“Fue un regalo un poco contraproducente. Ella lo hizo como homenaje a Carlos, pero él no estaba muy impresionado. De hecho, pensó que ella se estaba luciendo. El punto es que fue increíblemente valiente para ella subir al escenario en el hogar del ballet inglés en Covent Garden y hacer una rutina con el gran Wayne Sleep, pero él no lo vio así“, comentó Kay.

Cabe señalar que Diana estaba acostumbrada a pensar en regalos originales y que sorprendieran. En un artículo del medio Inquisitr, recuerdan cómo para el cumpleaños 13 de William, Diana le hizo un ‘regalo de broma’ que lo avergonzó por completo, mientras que al mismo tiempo hacía que su hermano, el príncipe Harry, se riera histéricamente: un pastel con un par de pechos en la parte superior, lo que aparentemente hizo que se volviera “rojo”.