“Se hizo justicia”. Con esas palabras celebró Manuel Gutiérrez, presidente del Sindicato Independiente de Pescadores Artesanales de Coronel (Sitripac), luego de que el Ejecutivo informara que no perseverará en el veto aditivo a la ley que elimina la pesca de arrastre para la jibia y que había sido aprobada por mayoría parlamentaria en diciembre.
Según el dirigente, “el gobierno entendió que el cierre de plantas era una mentira, porque los números no cuadran. Es cosa de sumar no más. El 80% de la jibia la pescan los artesanales y toda con potera. ¿Y quién procesa esa jibia? Las plantas industriales, o sea que no les va a faltar materia prima. El problema de fondo es que los dueños de las compañías no quieren dejar de pescar con redes de arrastre, porque es un tremendo negocio para ellos, por eso mandan a sus trabajadores a hacerse las víctimas”.
Gutiérrez ahondó en por qué -en su opinión- es imposible que de la jibia dependan miles de empleos en las plantas industriales. “Piense usted que la cuota industrial en 2018 fue de 38.000 toneladas y la de los artesanales 157.000. ¿Cree entonces que van a cerrar fábricas de consumo humano? Nunca, no lo necesitan, porque los artesanales siempre han sido su principal proveedor”.
En la misma línea, el presidente de Sitripac agregó además que la jibia es apenas una ínfima parte del enorme negocio de la industria pesquera: “No llega a ser ni el 5%. Un ejemplo: el año pasado la industria procesó 330.000 toneladas solo de jurel y otro tanto de merluza común, merluza de cola, de tres aletas, entre otras especies. Y ni hablar de todos los otros recursos que maquilan”.
Respecto al impacto en el personal embarcado, Gutiérrez explicó que apenas siete barcos industriales pescan jibia y la flota total es de más de 50. “Y que nadie crea que porque no capturen jibia los van a parar. Esos barcos pueden seguir pescando merluza como si nada”, remarcó.