El Consejo del ente rector considera que si bien la depreciación del peso frente al dólar, junto con los "shocks de costos globales" pueden traer mayores presiones sobre los precios, estos deberían "disiparse dentro del horizonte de política monetaria".

El Banco Central de Chile reafirmó su plan de concentrar una gran parte de los recortes de tasas de este año en el primer semestre, ya que el impacto inflacionario de un peso débil sigue siendo limitado, según la minuta de su última Reunión de Política Monetaria.

Los miembros del Consejo acordaron que una reducción de tasas de 75 o 100 puntos base (pb.) era lo más apropiado, decantándose por desaceleraron el ritmo de la flexibilización monetaria con un recorte de 75 pb.

Aún cuando la demanda interna sigue siendo débil, la menor caída proporcionó más margen de maniobra en caso de que las suposiciones en sus perspectivas no se materialicen.

Banco Central y el papel de la depreciación del peso en la inflación

“Si bien la depreciación del peso y los shocks de costos globales apuntaban a mayores presiones sobre los precios, ambos factores tenderían a disiparse dentro del horizonte de política monetaria”, escribieron en las minutas publicadas el miércoles.

“Por lo demás, dadas las holguras en los sectores ligados al consumo de bienes, la propagación de sus efectos sobre la inflación sería moderada”, añadieron.

El Consejo del ente rector, liderado por Rosanna Costa, se ha vuelto más cauteloso a medida que el peso registra este año la mayor depreciación entre las divisas de los mercados emergentes, lo que aumenta las posibilidades de nuevas presiones sobre los precios.

Los consejeros de la autoridad monetaria también aumentaron sus pronósticos de crecimiento económico e inflación para 2024 después de que los últimos datos sorprendieran al alza.

En conjunto, ahora los inversionistas están evaluando las probabilidades de un ritmo aún más lento de reducción de tasas en el futuro.

Desplome del peso y actividad económica

El peso chileno se ha desplomado casi un 10% en lo que va del año, arrastrado por factores como la fortaleza global del dólar estadounidense y los retrasos de la Reserva Federal en su propia flexibilización monetaria.

Durante febrero, la actividad económica se expandió por segundo mes consecutivo y registró aumentos en múltiples sectores, según el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec). El resultado respaldó la opinión del Gobierno de que la recuperación del país está ganando fuerza gradualmente tras un débil 2023.

Mientras tanto, los precios al consumidor aumentaron un 0,4% en marzo respecto del mes anterior, menos que todos los pronósticos de una encuesta de Bloomberg a analistas.

La inflación anual se redujo al 3,7% en la serie encadenada, lo que la acercó más a la meta del 3%.

“Así, si bien era posible que en el corto plazo se observara un aumento de la inflación, en el mediano plazo seguían operando fuerzas que la llevarían a la meta de 3% dentro del horizonte política de dos años”, apuntaron en la minuta.

Finalmente, los Consejeros prevén una inflación anual del 3,8% en diciembre y del 3% a finales de 2025, según sus previsiones publicadas previamente este mes.