Un laboratorio de Pensilvania, Estados Unidos, comenzó a experimentar con una vacuna en 40 personas sanas para así llegar a una posible cura contra el coronavirus (Covid-19).

La vacuna, desarrollada por Inovio Pharmaceuticals, es financiada por la fundación Bill y Melinda Gates, además de la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias. Por su parte, en Francia también se están realizando ensayos clínicos para detener el virus que ya ha dejado más de 90 mil muertos alrededor de todo el mundo.

Si bien existen enormes expectativas en torno a lo que la ciencia pueda lograr, es importante tener presente que encontrar la cura no es tan sencillo como algunos creen. De hecho, a pesar de la urgencia que reviste la situación, se debe seguir una serie de pasos para hallar la solución definitiva.

¿Cómo es el proceso de prueba de una vacuna experimental? ¿Cuánto se demora en comprobar la efectividad de una posible vacuna que combata el coronavirus? ¿Cuánto tardaría en llegar a la población?

Para profundizar en el tema, BioBioChile se contactó con el Dr. Patricio Manque, inmunólogo y vicerrector de Investigación de la Universidad Mayor, quien se dio el tiempo de explicar los detalles en torno a este largo camino.

“Lo primero que se hace es el trabajo en el laboratorio, para buscar una parte del virus que sea capaz de inducir una respuesta inmune protectora. Una vez que se encuentra esto en el laboratorio, se pasa a modelos animales donde se verifica que efectivamente hay protección. Y de ahí se hace lo que se llaman ensayos clínicos, que no duran menos de entre 18 y 24 meses como mínimo”, comenzó señalando.

“En la fase 1 de esos ensayos clínicos lo que nosotros verificamos es si efectivamente esa vacuna es segura para las personas. Lo que ocurre ahí es que se la suministramos a un grupo muy pequeño de personas y vemos si no desarrollan algún tipo de efecto secundario, o si les provoca algún problema de salud”, agregó.

“Si eso está correcto pasamos a la fase 2, en donde lo que uno hace es vacunar a un grupo mayor de personas y verificar si efectivamente existe protección contra la infección. Ahí lo que buscamos son dos cosas: que haya protección total, es decir que simplemente no te enfermes o te cures de la enfermedad, o protección parcial, que en este caso sería que por ejemplo te enfermes pero que no desarrolles neumonía o síntomas graves”, puntualizó.

El especialista sostiene que una vez que ocurre esto, se pasa a lo que llaman fase 3, “en dónde se administra la misma vacuna, pero ahora en un grupo muy masivo de personas, unas 10 mil por ejemplo o más, y ahí se utilizan una serie de herramientas de estadísticas de doble ciego, entonces se vacuna a un grupo con la vacuna y se vacuna a otro grupo sin la vacuna con algo que se denomina placebo, y ahí verificamos si efectivamente hay protección”.

“Si la gente no se enferma, o tiene una enfermedad que es bastante más leve, lo que se hace es solicitar los permisos y la vacuna ya puede ser utilizada entre las personas. Ahora, esto puede durar entre 18 y 24 meses, a un par de años, dependiendo del tipo de vacuna que uno está desarrollando. Por lo tanto, en este escenario, podemos decir que no vamos a tener una vacuna disponible antes de 18 a 24 meses probablemente, como mínimo”, puntualizó.

Considerando el tiempo que aún resta por tener una vacuna contra el Covid-19, la pregunta que probablemente muchos se estén haciendo… ¿y qué se puede hacer mientras tanto?. Al respecto, el Dr. Patricio Manque explicó que se están tomando algunos caminos.

“Más allá de las medidas de prevención y el distanciamiento social, hay un par de cosas más que se están intentando, y es verificar si existen medicamentos que ya venimos usando las personas, y que podrían ser efectivos contra el coronavirus. Se están haciendo ensayos clínicos para verificar si estos medicamentos se podrían usar en el caso de esta infección. La ventaja de esto es que son medicamentos que ya se usan en seres humanos, y por lo tanto ya está asegurado que no causan daño o conoces bien sus efectos, entonces hay una serie de medicamentos que se están observando”, destacó.

“Y lo otro que se está haciendo es lo que se denomina transferencia masiva de anticuerpos, y que consiste fundamentalmente en lo siguiente: si tú te infectas por coronavirus, y sobrevives a la infección, significa que desarrollaste anticuerpos protectores, los cuales están en tu sangre. Entonces, lo que se hace en este caso, es tomar un paciente, por ejemplo una persona que se haya recuperado, que esté bien de la infección, se le extrae sangre y después se le extrae su suero, en el cual se asume que están los anticuerpos que lo protegieron cuando estaba enfermo”, añadió.

“Esos anticuerpos se administran en personas que están en estado crítico o que están muy enfermas por el coronavirus, y lo que harías es traspasar los anticuerpos de una persona saludable a una que está enferma. Eso es muy prometedor, ya se ha hecho con otras enfermedades, se están haciendo algunos ensayos clínicos en Estados Unidos”, enfatizó.

En ese sentido, el profesional detalló que la gran ventaja es que “podrías tomar a toda la gente que se está recuperando, extraerles sangre y crear un gran banco de anticuerpos protectores, porque si tú sobrevives a la enfermedad fue porque desarrollaste anticuerpos protectores, esa es la idea que estamos siguiendo. El problema podría ser que algunos de estos anticuerpos pudiesen causar daños en la persona a la cual se le está administrando, y por eso se están haciendo ensayos clínicos”.

“Entonces, mientras desarrollamos la vacuna que no debería estar antes de 24 meses, vamos a ir probando estas dos estrategias: los medicamentos que ya se usan para otras enfermedades versus efectividad en coronavirus, y segundo, lo que se dneomina transferencia masiva de anticuerpos”, cerró.