Trabajé por cuatro años como radioperador de emergencias nocturno (a honorarios), en la ex Intendencia Metropolitana, actual Gobierno Regional. Un edificio del neoclásico francés que no tiene nada que envidiarle a La Moneda.

Habitar los territorios al estilo del presidente Boric parece que no cuajó muy bien durante su gobierno. Los resultados hablan por sí mismos. Y ahora como paradoja, se le metió por la derecha un pura sangre desde la mismísima medialuna de Paine. Sin ir más lejos, y volviendo a los orígenes del Palacio, habría que preguntarse ¿qué consejos les daría la cosmopolita Enriqueta Pinto a los nuevos inquilinos?

Entre paréntesis, pienso que el Ministerio de Relaciones Exteriores tiene bastantes piezas que servirían para tal loable y austero alunizaje. Recuerden que este lugar fue el antiguo Hotel Carrera. Entonces, creo que por ahí va la cosa.

En fin, mi experiencia como ciudadano durmiendo en el mero centro cívico podría servir de algo. Yo trabajé por cuatro años como radioperador de emergencias nocturno (a honorarios), en la ex Intendencia Metropolitana, actual Gobierno Regional. Un edificio del neoclásico francés que no tiene nada que envidiarle a La Moneda.

Algunas experiencias para compartir:

1.- Creo que no hay supermercados cerca. En mi tiempo había solo uno al lado de la CUT, y solíamos ir con mi compañero a comprar pichanga de picle, más té en bolsitas, para entretener las tripas durante el turno. Por lo anterior, se debe comprar comida por anticipado porque no hay muchos negocios y todo se cierra temprano.

2.- Yo creo que el hecho de tener descendencia alemana no le ayudará mucho con los sonidos producidos por el engranaje, y los campanazos del reloj alemán que hay en la cúpula de la Intendencia. Suena mucho y varias veces en la noche. Entonces le recomiendo algunos tapones para los oídos.

3.- Los camiones de basura. Siempre andan circulando en la noche, y se escuchan mucho. No hay mucha tranquilidad durante la semana, ya que se junta mucha basura en el centro. Lo que quiero decir es que el ir y venir de autos y camiones incomoda a cualquiera.

4.- Salir a caminar en la noche. Se puede después de las once pm porque es más tranquilo, pero no se aleje mucho por los malandras. Agrego también, que el carabinero de turno, el que está en la esquina del palacio es conversación segura. Claro, si él te lo permite. Yo en mis tiempos, me llevaba la radio portátil y me recorría el barrio entero, incluso hasta el Mercado Central.

5.- ¿Si hay eventos grandes, dónde va a descansar? Por ejemplo, años atrás cuando vino Clinton, yo salí a sapear por la ventana de la Intendencia (cuarto piso). Craso error porque los franco tiradores gringos me apuntaron con láseres y yo parecía árbol de pascua, lleno de luces de colores. En otras palabras, tendrá que irse a dormir a otro lado porque no lo dejarán tranquilo con el ruido, la post logística y la limpieza.

6.- Los diarios llegan tempranito tipo 6 am, recién salidos del horno. Los podrá hojear toitos bien de mañanita. Ahora, el personal administrativo empieza a llegar bien temprano y tendrá que estar despierto y bañadito antes de las 6 am. Por otro lado, en la tarde-noche, debe dejar que el personal de aseo pase la aspiradora, y le cuento que meten harta bulla. Por esto, les costará mucho escuchar las noticias.

7.- La cama. Nosotros usábamos un colchón en el suelo y nos funcionaba bien (cuando podíamos dormir). Para vuestra excelencia una cama bastará. Sin embargo, durante invierno hay que pensar que las oficinas son altas y frías. Por ello, asegúrese de tener buenas frazadas y una buena estufa.

8.- Afortunadamente La Moneda no tiene los vitrales de Subercaseaux porque desconcentran a cualquiera. Yo en la Intendencia, especialmente los fines de semana, me lo pasaba largos ratos observándolos. A usted yo creo que le gustaría el de la Patria y la Cosecha, a mí déjeme el de Educación y Ciencias. Aunque creo que usted no pasará los fines de semana allí, se irá a Paine. Así podrá descansar y olvidarse un poquito de los cambios de guardia.

9.- Ni se le ocurra hacer un asado en La Moneda, porque los de Monumentos Nacionales son bien fregaos. Nosotros hicimos uno pa un 18. Llevamos una parrilla y lo hicimos en el techo de la Inte. No se lo recomiendo, aunque poner cuecas y cumbias en el techo, mirando el barrio cívico, es una experiencia inolvidable. Además, encontramos un cuadro de O’Higgins que sacamos al techo pa que cachara los nuevos tiempos. Me imagino que le gustó.

Para terminar, y con el debido respeto que se merecen el nuevo presidente y la primera dama, me imagino que doña María Pía Adriasola volverá a organizar esas grandes tertulias en La Moneda siguiendo los pasos de nuestra audaz Enriqueta Pinto.

Marcelo Gallardo
Profesor de Ciencias
Milwaukee, USA

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