Científicos del mundo entero se afanan en hallar un tratamiento y una vacuna contra el coronavirus, pero también buscan ratones de laboratorio y no todos sirven: deben ser roedores transgénicos, de los que hay escasez.

“Los ratones de laboratorio habituales no pueden ser utilizados para estudiar el SARS-CoV-2”, explica a la AFP Christophe D’Enfert, director científico del prestigioso Instituto Pasteur de París.

Les falta un receptor sensible al coronavirus, el que permite a este penetrar en las células: por lo tanto “no somos capaces de infectar a estos ratones eficazmente”, añade D’Enfert.

Por ello son necesarios ratones especiales, llamados ACE2, genéticamente modificados y suministrados por empresas especializadas, que en estos momentos hacen frente a una altísima demanda.

Este tipo de roedores habían sido utilizados para estudiar el SRAS, que se extendió en Asia entre 2002 y 2003, pero una vez superada la epidemia, “ya nadie se interesó” en ellos y los laboratorios dejaron de tener, según D’Enfert.

“Hicimos un pedido y los recibiremos, pero tomará su tiempo”, añade. “Hacen falta tres semanas de gestación y tres meses para contar con una generación”, es decir, con ratones capaces de reproducirse, explica el investigador.

AFP
AFP

Fecundación in vitro

Basado en Estados Unidos, el Jackson Laboratory es un gran suministrador de K18-hACE2 – su nombre completo – y está acelerando la cadencia para suplir la demanda de estos súper-ratones.

Las demandas proceden de “laboratorios y organizaciones de todo el mundo”, desde hace varias semanas, indica a la AFP Cat Lutz, responsable del área “Ratones”.

Genéticamente modificados para poder contraer el coronavirus, estos ratones “reproducen las complicaciones respiratorias que suscita la infección, por lo que suponen un buen modelo para (estudiar) la enfermedad”, según Lutz.

Estarán por lo tanto destinados “a probar los (posibles) tratamientos y vacunas”, según Lutz.

Para ir más rápido y producir mucho más, el Jackson Laboratory recurre a la fecundación in vitro, en vez de a la reproducción tradicional: el esperma de un solo macho permite fecundar centenares de ovocitos, luego se transfieren los embriones a las hembras para la gestación.

La empresa espera realizar unas primeras expediciones limitadas “a principios de mayo”, antes de una entrega más amplia “unas semanas después”.