El huracán de categoría 5 Walaka, que azotó al Pacífico Central a fines de septiembre e inicios de octubre, borró del mapa a una pequeña isla de Hawái.

Se trata de la isla Este, la cual se ubicaba a 885 kilómetros de Honolulu y formaba parte de un grupo de islotes localizados en el Monumento nacional marino de Papahānaumokuākea, según informó la cadena estadounidense CNN.

Si bien la isla no estaba habitada por humanos, lamentablemente era ocupado como refugio por dos animales que están en peligro de extinción: allí ponían sus huevos las tortugas marinas verdes de Hawái, mientras que las focas monje pasaban su tiempo descansando en la playa.

La única buena noticia es que es probable que ninguna de estas dos especies se hallara allí al momento de la tragedia.

Arriba está la isla del Este en mayo de 2018. Abajo, cómo luce ahora | www.soest.hawaii.edu
Arriba está la isla del Este en mayo de 2018. Abajo, cómo luce ahora | www.soest.hawaii.edu

Así lo indicó a CNN el académico Chip Fletcher, profesor de la Universidad de Hawái en Manoa que estudia esta zona, quien detalló que en esta época ya no deberían haber huevos de tortugas en el área y las focas tienen las habilidades necesarias para huir nadando durante este tipo de tormentas.

En el sitio web de la universidad, Fletcher añadió que la pequeña isla tiene una extensión de 44.515 metros cuadrados y que él creía que desaparecería en un par de décadas debido al aumento del nivel del mar. Su destrucción tomó muchos menos tiempo del que imaginaba.

Debido al calentamiento global, puede que varias otras islas de la zona sufran el mismo destino muy pronto, cree el especialista, pues expresa que las tormentas se están volviendo más fuertes como consecuencia de la intensificación de las temperaturas.

“Estas islas se forman cuando baja el nivel del mar”, pues son creadas por arena y rocas que se acumulan en cráteres de volcanes submarinos extintos, explica el experto.

“El nivel del mar está subiendo actualmente, así que la base fundamental sobre la cual se forman estas islas ya no existe (…) La probabilidad de que algo así pase se ha incrementado y seguirá aumentando a medida que se calienta la atmósfera y el océano”, añade.