Por años, existió un “eslabón perdido” en el diario de Ana Frank: dos páginas sucesivas cuyo contenido estuvo oculto bajo rayados y papel kraft pegado a su superficie, que hicieron imposible cualquier tipo de lectura.
Correspondían a las páginas 78 y 79 de su primer diario de vida, las cuales fueron sometidas a un procedimiento fotográfico digital que permitieron descubrir por fin el misterio, el cual fue revelado por la Fundación Ana Frank.
En dichas hojas, la niña de 13 años se preguntaba abiertamente sobre la sexualidad, e incluso se permitía bromear e ironizar con el tema, con la Segunda Guerra Mundial y ocupación nazi en Holanda como telón de fondo.
El ejercicio era simple: la niña se ponía en la situación de que llegase alguien y le pidiera que lo instruyese en “asuntos de sexo”. Para esto, Frank ya tenía una respuesta: “¿Cómo iba a hacerlo? Esta es la respuesta”, escribió.
También en las primeras líneas, Ana se permitió “plasmar bromas obscenas”, como esta: “¿Sabes por qué hay chicas de las Fuerzas Armadas alemanas en Holanda? Para servir de colchón a los soldados”.
En la segunda página, la alemana aborda la menstruación, el despertar sexual y luevo vuelve a su reflexión inicial: cómo ella podría responder una pregunta sobre sexo.
“(La menstruación) es un signo de que una chica está lista para tener relaciones con un hombre. Pero eso no se hace antes del matrimonio. Después, sí. También se puede decidir si se quiere tener niños o no. Si es que sí, el hombre se echa sobre la mujer y deja su semilla en la vagina de ella. Todo sucede con movimientos rítmicos”, escribió en su diario de vida, hoy legible en 70 lenguas y publicado en 60 países.
Luego, describe qué pasaría si una pareja no quisiera tener hijos: “La mujer toma medidas internas y eso ayuda (…). Puede fallar, claro, pero si de verdad quieres hijos, a veces no es posible. Al hombre le gustan estas relaciones y las desea; la mujer algo menos, pero también”, asume.
En su célebre relato , Frank también tuvo palabras para la homosexualidad, a quienes abordó desde la ignorancia. “Si los hombres son normales, van con mujeres. Por la calle, hay mujeres que hablan con ellos y entonces se van juntos. En París, hay casas muy grandes para eso. Papá ha estado allí. El tío Walter no es normal. Hay chicas que venden esta relación”, dijo.
Pero, ¿por qué estas páginas estaban tapadas con papel kraf? ¿Hubo censura de parte de quienes encontraron el diario de vida? Según el Instituto Huygens para la Historia Holandesa, que también participó del hallazgo junto a la Fundación Ana Frank, lo más probable es que haya sido la misma autora quien optó por ocultarlas.