Desde la época de la Colonia que en Chile ha existido censura a las publicaciones escritas, tanto literarias como de prensa. Esto es algo que incluso se extiende a la actualidad, aunque en menor medida si lo comparamos a décadas anteriores.

En nuestra historia han existido muchos períodos en que la censura a la lectura ha sido muy estricta, años en que leer algo “inapropiado” o tener un libro “prohibido” en tu casa podía costarte la vida.

La censura masiva más reciente ocurrió en la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1989). Antes que eso destacan las restricciones impuestas por el Gobierno de Gabriel González Videla (1946-1952), la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo (1927-1931), las primeras décadas de la recién formada República de Chile en el siglo XIX y la Colonia, cuando el país estaba en poder de España.

Cuando estaba prohibido leer

Durante la Colonia estaba tan restringida la lectura, que había que obtener una licencia otorgada por el Tribunal Supremo de la Inquisición, corte española que juzgaba a quienes cometían delitos de adivinación y hechicería, para poder ver algunos libros de los cientos que eran prohibidos por la Corona de España.

Según relata el portal Memoria Chilena del ministerio de Educación, los listados de libros prohibidos eran determinados por la monarquía española, y las prohibiciones se aplicaban a todas sus colonias (entre ellas Chile). Muchas de estas obras eran vetadas y consideradas como “perversísimas” porque atacaban a la Iglesia Católica, a la Corona o atentaban contra la moral y las buenas costumbres.

A continuación puedes ver uno de los índices de libros prohibidos publicados durante el siglo XVIII, que fue recuperado por Memoria Chilena:

Índice de Libros Prohibidos Del Siglo XVIII by BioBioChile

Además, puedes descargar otros dos índices similares del siglo XIX aquí y aquí.

Las licencias para leer las novelas censuradas eran otorgadas a eclesiásticos, intelectuales y gente de la élite. No obstante, ni siquiera quienes contaban con este permiso podían acceder a ciertos libros, que estaban totalmente prohibidos para todos. Entre este grupo se encontraban muchos libros que atacaban a la Iglesia.

¿Y qué ocurría si alguien leía libros prohibidos? Las sanciones por incumplir la normativa incluían multas en dinero y penas de cárcel, entre otros castigos. De hecho, el mismísimo fraile Camilo Henríquez González estuvo preso por leer publicaciones censuradas.

Recordemos que Camilo Henríquez fue uno de los héroes de la independencia de Chile, fue presidente del Senado en 1813, y además fundó el primer periódico nacional, La Aurora de Chile, en 1812.

De acuerdo a Memoria Chilena, Henríquez “en 1802 fue procesado por la Inquisición por leer y prestar libros prohibidos, y por haber adherido a las conclusiones del Sínodo de Pistoya, celebrado en 1776 y condenado por el Tribunal Supremo. Producto de esa subversión, Fray Camilo Henríquez fue encarcelado en las prisiones inquisitoriales de un convento en Lima”.

Como él, en esos años se registraron otros casos importantes de chilenos procesados por la Inquisición por este motivo, incluyendo a Manuel de Salas, otro de los fundadores de nuestra República, quien trató de traer escritos censurados a Chile desde España. A diferencia de Henríquez, De Salas no fue a la cárcel, pero tuvo que pagar una multa y perdió su licencia de por vida.

Recién en 1833 tras la independencia, la Constitución chilena estableció que todos tenían el derecho de publicar cualquier escrito, sin censura previa, y en 1846 de otorgó la libertad de imprenta.

Cuando podías morir por tener un libro

Hacia el siglo XX, hubo varios períodos en que se coartó la libertad de publicación y de prensa, destacando la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo (1927-1931) y el Gobierno de Gabriel González Videla (1946-1952).

En el caso de Ibáñez del Campo, se controló fuertemente a la prensa y los escritores que fueran contra el régimen, y se cerraron muchos periódicos a nivel nacional. También en ese entonces, específicamente en 1929, fue cuando el Estado expropió el diario La Nación y su dueño, Eliodoro Yáñez, fue obligado a irse al exilio.

En tanto, durante el mandato de González Videla, se prohibieron las publicaciones relacionadas al Partido Comunista, ya que éste fue declarado ilegal por medio de la conocida como Ley Maldita, que también provocó que se persiguiera a los militantes de esa colectividad. Esto ocasionó, por ejemplo, que el periódico El Siglo fuese sacado de circulación y que no se permitieran los libros de Pablo Neruda, que fue senador del PC desde 1945 hasta 1948, tras lo cual tuvo que salir clandestinamente del país.

Sin embargo, la época más reciente en que se ha sufrido una gran censura y represión fue durante la dictadura militar encabezada por Augusto Pinochet, entre 1973 y 1989.

En ese entonces, se prohibió una gran cantidad de libros relacionados a las ideologías de izquierda, o cuyos autores fuesen militantes de algún partido o movimiento político con esa inclinación. Entre ellos aparece nuevamente Pablo Neruda y otros escritores nacionales reconocidos, como Francisco Coloane y Patricio Manns (más información en el listado a continuación).

Además, también se controló por medio de las armas a la prensa, como ya había ocurrido en los años mencionados anteriormente.

Pese a todas las prohibiciones, hubieron casos notables de periodistas y escritores que difundieron escritos en oposición el régimen, como Patricia Verdugo, que en 1979 publicó Una herida abierta, el primero de varios libros en que denunció las violaciones a los Derechos Humanos efectuadas por la dictadura. Esta obra que, como era de esperarse, fue prohibida y provocó que recibiera muchas amenazas.

Pasada la dictadura de Pinochet y llegada la democracia, han existido algunos libros cuya circulación ha sido restringida temporalmente, debido a procesos judiciales iniciados en su contra. Los más mediáticos han sido Impunidad diplomática, de Francisco Martorell, y El libro negro de la justicia chilena, de Alejandra Matus (más detalles al respecto los puedes hallar al final del artículo).

ARCHIVO | Matías Delacroix | Agencia UNO
ARCHIVO | Matías Delacroix | Agencia UNO

6 LIBROS QUE HAN ESTADO PROHIBIDOS EN CHILE

Cientos de libros han estado prohibidos durante la historia de Chile. Y como no podemos mostrarlos todo en una sola nota, hemos recopilado algunos de los casos emblemáticos, para ejemplificar el tipo de censura que se ha efectuado a la lectura en los últimos siglos en nuestro país. A continuación puedes verlos:

1- La venida del Mesías en gloria y majestad

Este libro fue escrito por el jesuita Manuel Lacunza en el siglo XVIII. Fue uno de varios libros de los jesuitas que resultaron prohibidos en ese entonces por la Inquisición, entre los cuales también se encuentra Las excelencias de San José, varón divino, patriarca grande, obra del también jesuita Pedro de Torres publicado en 1716.

La censura contra los jesuitas, que ya era alta, empeoró cuando la orden fue expulsada de los territorios españoles hacia fines del siglo XVIII.

Éste es el tomo uno del libro, que fue recuperado por Memoria Chilena:

Venida Del Mesías en Gloria y Majestad – Tomo Primero by BioBioChile

(Descarga el tomo segundo y tercero).

2- Canto General

Biblioteca del Congreso Nacional
Biblioteca del Congreso Nacional

Una de las tantas obras maestras de Pablo Neruda, el Canto General fue publicado por primera vez en México en 1950. De forma paralela fue editado en nuestro país, pero de forma clandestina.

Esto porque en 1948, fue promulgada la ley 8987 de Defensa Permanente de la Democracia, también conocida como Ley Maldita, bajo el Gobierno del ex presidente Gabriel González Videla. Esta legislación declaró como ilegal al Partido Comunista y prohibió todo lo relacionado a éste.

Neruda, que era senador del PC, tuvo que salir de manera clandestina del país, en medio de la persecución que González Videla realizaba contra los comunistas. Así, el Canto General no podía ser publicado en nuestro país, debido al vínculo político del autor.

Éste no es el único libro de Pablo Neruda que ha sido prohibido en nuestro país. Durante la dictadura de Pinochet también se censuraron sus obras Poemas Inmortales, e Incitación al Nixonicidio y Alabanza a la Revolución Chilena, entre otras.

Si quieres leer los poemas del Canto General, puedes hacerlo aquí.

3- El chilote Otey

Francisca Rivas (BBCL)
Francisca Rivas (BBCL)

Al igual que Pablo Neruda, los escritos de Francisco Coloane, como El chilote Otey, fueron censurado por la dictadura de Augusto Pinochet debido a que el autor era militante del Partido Comunista.

Una compilación de relatos de Coloane, donde está este cuento, fue publicada en 1971 por la Editora Nacional Quimantú, empresa pública creada bajo el Gobierno de Salvador Allende. Muchos de los libros de esta editorial también fueron restringidos durante la dictadura.

Pese a ello, en la actualidad aún es posible encontrar a la venta libros antiguos de Quimantú, en lugares donde se comercializan libros de segunda mano.

Francisca Rivas (BBCL)
Francisca Rivas (BBCL)

Otras novelas prohibidas durante la dictadura fueron, por ejemplo: Matar a los viejos, de Carlos Droguett; La oscura vida radiante, de Manuel Rojas; y El ciclista del San Cristóbal, de Antonio Skármeta.

4- Buenas noches los pastores

Francisca Rivas (BBCL)
Francisca Rivas (BBCL)

Éste fue escrito por Patricio Manns, quien también es un reconocido cantante nacional, en 1972 y ganó el Premio Municipal de Literatura en 1973. No obstante, el municipio de Santiago no le pudo entregar ese premio al autor hasta 1998, ya que tras el golpe militar éste fue exiliado y vivió en el extranjero hasta alrededor del 2000.

Esta obra fue prohibida durante la dictadura. De hecho, después del golpe militar, toda la primera edición fue arrojada al mar. En el 2000 fue recuperada y publicada por editorial Sudamericana, según se indica en el libro.

5- Una herida abierta

Este reportaje de la periodista Patricia Verdugo fue publicado en 1979, siendo inmediatamente prohibido por la dictadura de Pinochet, debido a que hablaba sobre los detenidos desaparecidos e involucraba directamente al régimen. Esta indagación también provocó que fuera víctima de constantes amenazas.

Una herida abierta fue el primero de muchos otros reportajes, en que Verdugo denunciaba la violación a los derechos humanos ocurrida durante la dictadura, entre ellos Quemados vivos, Operación Siglo XX (junto a Carmen Hertz) y Detenidos-desaparecidos: Tiempo de Días Claros.

Otro de los libros más importantes que escribió tras Una herida abierta fue Los zarpazos del puma, que relata los asesinatos llevados a cabo por la Caravana de la Muerte, encabezada por el general Arellano Stark, meses después del golpe en 1973.

Francisca Rivas (BBCL)
Francisca Rivas (BBCL)

Éste es uno de los mayores éxitos editoriales chilenos, vendiendo más de 100 mil copias en su primera semana, y fue una pieza clave en la investigación realizada posteriormente por la justicia, para esclarecer lo ocurrido durante esa operación, indica el Centro de Estudios Sociales.

6- El libro negro de la justicia chilena

Francisca Rivas (BBCL)
Francisca Rivas (BBCL)

Éste es uno de los casos más controversiales desde el regreso a la democracia. Publicado por la periodista Alejandra Matus, el 13 de abril de 1999 -el mismo día de su lanzamiento- se prohibió su circulación y comercialización. Por orden judicial, se requisaron 1.000 ejemplares desde editorial Planeta, se encarceló a los editores, y la autora tuvo que salir del país.

Según explica Memoria Chilena, esto se debió a “un recurso presentado por el magistrado de la Corte Suprema, Servando Jordán, alegando la aplicación del artículo 6 de la Ley de Seguridad Interior del Estado, la cual establecía que ‘si el Presidente de la República, los Ministros de Corte, Los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas y de Orden, se sienten ofendidos en su dignidad, pueden pedir un ministro en visita"”.

Francisca Rivas (BBCL) | (Haz clic en la imagen para verla ampliada)
Francisca Rivas (BBCL) | (Haz clic en la imagen para verla ampliada)

2 mil copias de este libro alcanzaron a ser vendidas, y luego fue distribuido de manera ilegal por medio de copias piratas. La causa contra Matus se cerró temporalmente en el 2001, y recién entonces la profesional pudo regresar al país. En esa misma fecha, se levantó la prohibición de venta que pesaba sobre la publicación.