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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

La creciente importación de acero chino en Latinoamérica está generando presión en los mercados y la industria locales, denunciando competencia desigual por los subsidios estatales y precios artificiales. En países como Argentina, Chile y Brasil, las importaciones de acero chino han provocado pérdida de empleos y crisis en la industria. México y Colombia también han impuesto aranceles para proteger su producción local.

La creciente importación de acero chino en Latinoamérica genera presión sobre los mercados y la industria locales, que denuncian competir en un campo de juego desigual debido a los subsidios gubernamentales y a los precios artificiales, y ha frenado el crecimiento del sector justo cuando la región hace frente a una mayor demanda de insumos para la construcción.

De acuerdo con Ezequiel Tavernelli, presidente de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), el problema radica en que se está frente a “un monstruo que compite en otras reglas” y que tiene “un enmarañado de subsidios que van desde la adquisición de materia prima, pasando por la financiación del capital de trabajo, tasas subsidiadas y a larguísimo plazo, (incluso) financiando empresas que dan pérdidas”.

“No estamos compitiendo más empresas con empresas, estamos compitiendo empresas contra un Estado y no hay forma de competir contra un Estado”, dijo Tavernelli.

En 2024, según datos de Alacero, la demanda mundial de acero crudo alcanzó los 1.870 millones de toneladas, mientras que China produjo 1.005 millones, una diferencia que se tradujo en un excedente de capacidad de 249 millones de toneladas disponibles para ser colocadas en los mercados internacionales, un volumen que supera las necesidades productivas de varias regiones del mundo.

“La OCDE nos informa que con las inversiones que tiene China lanzadas al 2027, que empezó a invertir en el Sudeste Asiático, principalmente en Malasia e Indonesia, este exceso de capacidad va a superar los 720 millones de toneladas”, reveló.

El acero chino en Latinoamérica

Alacero señala que en Latinoamérica las importaciones de acero representan un 39,7% del consumo total en 2025, es decir que cuatro de cada diez kilogramos de acero que se consumen son importados. China representa el 45,4% de esas importaciones.

Entre enero y octubre de 2025, según los datos del Gobierno de China, el país exportó más de 59.316 millones de dólares en acero y 87.522 millones de dólares en productos derivados del acero. De ese total, 3.323 millones provinieron de sus envíos a Brasil, 1.612 millones de Chile y 345 millones de Argentina.

En Argentina, las importaciones de acero chino hasta octubre superaron los 248 millones de dólares registrados en 2024. La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) dijo que desde el inicio del mandato del presidente Javier Milei, en diciembre de 2023, se han perdido alrededor de 20.000 puestos de trabajo en las distintas ramas del sindicato.

Para la UOM, el aumento de las importaciones de acero chino es solo uno de los factores que inciden en la crisis del sector, en medio de la caída de la actividad económica que ha reducido la demanda en áreas clave como la construcción y la industria automotriz.

La industria siderúrgica de Brasil, la mayor economía latinoamericana, alerta sobre un “riesgo de colapso” ante el volumen récord de importaciones de acero, principalmente desde China (64%), razón por la que el país adoptó un arancel del 25% sobre el acero hasta 2026.

Según el Instituto Acero Brasil, patronal del sector, las prácticas predatorias han causado la pérdida de más de 5.000 puestos de trabajo y ha recortado más de 450 millones de dólares en inversiones.

En Chile, el acero chino provocó en agosto de 2024 el cierre de la siderúrgica Huachipato, la principal productora del país, tras una grave crisis financiera y años de pérdidas.

La empresa acusó a China de “competencia desleal” y ni las sobretasas impuestas por el Gobierno del presidente Gabriel Boric a estas importaciones pudieron frenar el declive de la compañía.

Empresas contra un Estado

En México, el ingreso de acero procedente de China también ha encendido las alertas, lo que llevó al país a imponer aranceles de hasta el 50% a productos originarios de Pekín, medidas que se suman al gravamen del 25% aplicado desde agosto de 2023 a diversas importaciones siderúrgicas y que ha sido ratificado por el Gobierno de Claudia Sheinbaum.

Colombia, otro caso destacado, acumula 37 meses consecutivos de caídas en la producción de acero, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, enfrentando una brecha de precios frente al acero importado de hasta el 40%.

Para proteger la industria siderúrgica local, el país impuso en 2024 aranceles del 14,5% a las importaciones de barras de acero corrugadas desde países de la Comunidad Andina, mientras que a los países sin acuerdos comerciales, entre ellos China, les fijó un gravamen del 30%.

Una defensa arancelaria

Tavernelli alerta sobre el foco de las exportaciones en materias primas y no en productos con valor agregado, tanto en acero como en otros productos, un efecto dominó que lo lleva a hablar de la “desindustrialización” de la región.

Según el experto, la estrategia de China ya no se limita a la exportación de acero directo —como bobinas o rollos—, sino que se ha desplazado hacia el acero indirecto incorporado en bienes manufacturados, como vehículos eléctricos, heladeras y lavarropas.

“Terminan diciéndote: ‘no produzcas el vehículo, te lo mando todo yo’ (…) Lo que el gobierno de cada país no se da cuenta es que están rompiendo el tejido de desarrollo social”, opinó.

En ese contexto, plantea la necesidad de nivelar la cancha mediante una defensa arancelaria similar a la aplicada por Estados Unidos o la Unión Europea, en momentos en que la región enfrenta una creciente demanda de infraestructura y se debate quién capturará su crecimiento futuro.