La primera película de Manuela Martelli como directora -cinta representante de Chile en los premios Goya- muestra una mirada sobre actores que han sido silenciados, tapados, de nuestra historia reciente. Personas de clase alta que ayudaron a militantes de izquierda para que salvaran sus vidas.

Una mujer clase alta viaja a la casa en la playa para pasar las vacaciones de invierno con sus hijos y nietos. Y con su esposo, médico director de un hospital público de Santiago, si logra hacerse tiempo. Ella, muy católica, colabora con la iglesia local. El cura le pide, entonces, algo muy especial…

1976

Han pasado casi tres años desde el golpe cívico militar. Muchos saben lo que pasa, pero miran para el lado. Se hacen los sordos. Los mudos. El miedo es algo que, entre ciertas personas y en algunos sectores, se respira, agobia.

Carmen (Aline Kuppenheim) es una mujer conservadora, con su vida -acomodada- definida. Alguna vez, hace muchos años, fue de la Cruz Roja. Después, aparentemente, toda su vida ha estado destinada a su familia, su marido, la casa.

Carmen sabe que en el país pasan cosas extrañas, terribles. Aunque su entorno y su marido -nombrado por el gobierno militar como director del hospital- niegan en su gran mayoría lo que pasa y apoyan al régimen.

Una de las áreas de realización de Carmen -fuera del hogar- es ayudar con la iglesia católica. En labores sociales. Al cura del pueblo costero, el Padre Sánchez (Hugo Medina), le ayuda llevándole ropa y zapatos, leyendo cuentos a personas no videntes.

Entonces, el Padre le pide un favor muy especial. Cuidar a un joven que tiene una herida de bala en una pierna. Sánchez le dice que es un delincuente común, obligado a robar para comer. Pero la verdad es otra…

Un tema antiguo y nuevo

Muchos escribirán en los comentarios ¡hasta cuándo con la dictadura! (Aunque menos alrededor del 16% de las películas chilenas de los últimos 20 años estén dedicadas al período).

El tema es y seguirá siendo inspiración mientras haya personas que la vivimos y la sufrieron. Un período negro que sigue presente, en muchos aspectos, en nuestra actualidad.

En este contexto, 1976 aporta un punto nuevo, o poco abordado. Por un lado, el rol de la iglesia durante la dictadura, que fue diversa, disímil, incluso contradictoria entre sus diversos integrantes. Pero 1976 pone el foco en los valores, a partir de un cura de pueblo, sin postura política definida. Pero que carga con una culpa (algo tan propio de la cultura judeocristiana).

Por otra parte, es una historia de una persona de clase alta, conservadora, que se arriesga por salvar la vida de alguien en peligro. Arriesga su vida, su bienestar, sus relaciones familiares y sociales. Una historia que puede representar muchas otras que se dieron en el país y que, todavía, están silenciadas.

Después del golpe de 1973, muchas personas contrarias a la Unidad Popular, que incluso apoyaron la intervención militar, de derecha, corrieron grandes riesgos para salvar militantes y simpatizantes de izquierda que corrían peligro. Eran familiares, amigos, cercanos, pero también desconocidos. Esta película, en parte, rescata esta parte de la historia reciente.

1976
Market Chile

Este aspecto de la historia se tiende a ocultar. Como si avergonzara a unos haber recibido ayuda de un “contrincante”, de un “enemigo”. Y a otros por tener… ¿traidores? entre sus filas, en su sector. Aún así, los casos son muchos.

El desconocimiento de la realidad, la fragmentación social, son temas que han estado presente en las conversaciones y discusiones de los últimos tiempos. 1976 los pone en perspectiva, con Carmen recorriendo lugares que desconoce, que la asustan, viéndose involucrada en una realidad con códigos tan ajenos.

Espíritu abierto

Siempre es bueno recomendar acercarse a las obras -cine, teatro, literatura, artes visuales, etc.- con espíritu abierto. Con deseos genuinos de entender, de ver lo que se quiere transmitir. Tratar de empatizar. Para luego tener una opinión, con aspectos positivos, débiles, negativos. En este caso es más necesario, si se quiere avanzar en asumir un período complejo, duro.

1976
Market Chile

Gran actuación

La película tiene un muy buen elenco, como son Aline Kuppenheim, Alejandro Goic, Antonia Zegers, Hugo Medina y Marcial Tagle, entre otros.

Sin embargo, la protagonista de la cinta, Aline Kuppenheim, tiene un rol destacado. Una actuación convincente, medida, contenida, que transmite de manera vívida sentimientos y contradicciones.

Lee también...

También vale destacar la muy buena ambientación de época (tal vez con muchos Peugeot 404 y sin “Renoleta”, “Fito” -Fiat 500- o Fiat 125), con pequeños detalles que se agradecen (los ventanales, la mano del zapatero, por ejemplo). Con pocas cosas que desentonan. Y el aporte de la música, que remite a la época y apoya en los momentos de tensión.

Un punto débil, a mí juicio, es, en algunos momentos, la cámara.

En síntesis, una película sobre la dictadura que aporta un punto de vista y perspectivas nuevas, una invitación a conversar y discutir desde otros lados. Una cinta bien realizada y actuada. Un promisorio comienzo de la destacada actriz Manuela Martelli (B-Happy, Machuca, Il futuro) como directora.