La cia. Teatro Poiesis (fundada en 2019, “Una actriz”) tuvo un acierto al invitar a Javier Ibarra, director de la cia. Teatro del Terror, para codirigir un montaje con título en código –6P NB 1A- sobre un posible futuro sin seres humanos y gobernado por la inteligencia artificial, un mundo perfecto que sufre cambios impensados, envuelto en sonoridades e imágenes que erizan los pelos.
Por Leopoldo Pulgar Ibarra
Una mezcla de reflexiones y experiencias vitales propone esta obra en medio de un entorno que, más allá de cierto grado de especulación imaginativa legítima y funcional, consigue convertirse también en un gran espectáculo, a partir del uso masivo del diseño multimedia que creó Cristián Reyes, sin fallas, lleno de sugerencias y sentido.
El desafío para Ibarra y la codirectora Lía Misraji fue enorme: articular los recursos textuales, actores, lumínicos, sonoros y de vestuario en el inmenso nuevo espacio teatral que aporta un galpón abandonado que debe vestirse por completo para que sea útil.
Ibarra-Misraji contaron también con un elenco que fue capaz de traspasar al cuerpo actoral esa kinética hierática que se le atribuye a los habitantes de siglos venideros, agregando por mandato de la dramaturgia una sensación-reflexión sencilla de tragedia-tragicomedia que parece querer recuperar la fragilidad de lo humano, aunque contemple el dolor. Toda una paradoja.
A su vez, la autora Constanza Blanco agrega una complejidad al relato: la crisis ¿ética? de los sistemas de inteligencia artificial cuya autoridad, basada en la perfección y la infabilidad será sometida a presiones con resultados también impensados.
Error técnico
Es posible que todas estas alternativas estén sugeridas por Luigi Pirandello (1867-1936, Premio Nobel de Literatura 1934) en la obra que se tuvo como referencia para esta versión libre: “Seis personajes en busca de un autor”.
Teatro Poiesis, que declara como soportes escénicos arquitectura, teatro, artes visuales y mediales -presentes en una propuesta autodefinida como obra-instalación- pone a dos sistemas de Inteligencia Artificial en la función de respaldo-guardadores de la cultura y el arte del pasado (el actual ciclo humano), aquella que contiene altas dosis de humanidad.
Sin embargo, por un error tecnológico que no fue posible solucionar, de esta especie de memoria prehistórica emergen los personajes de esta obra de Pirandello del espacio digital al físico, un cambio que conmueve todo el universo de las relaciones que se gestan, ya que agrega situaciones insalvables en esta metamorfosis colectiva del pensamiento, de las conductas y los valores.
Relaciones y confusiones
En medio de todo eso se puede destacar una condición que parece permear-gobernar todo el engranaje de adecuaciones obligadas que se van produciendo: la confusión.
Lo confuso y temible tiñe todo los niveles de la nueva existencia: una masa de contradicciones, avances y retrocesos, afirmaciones y negaciones, momentos congelados que emergen y se desestructuran, fragmentos que la densidad sonora-lumínica acentúa con ataques sorpresivos y aterrantes, en ciertos momentos.
En realidad, los personajes de Pirandello deambulan por el galpón igual que las luces y las sonoridades, aunque parecen recuperar más rápido la claridad que la Inteligencia Artificial que entre algunos apagones busca recuperar la conexión que las mantiene activas y pensantes.
Es posible que el desarrollo del relato, en su dimensión textual, pierda cierta ilación necesaria dentro de la opción de alejarse del texto original, lo que deja inconformes a algunos espectadores. “Por suerte Pirandello está muerto”, se oyó comentar.
Sin embargo, cuando los nexos también parecen perderse por el vértigo de la obra es posible asociarlo al rasgo de una propuesta que no es representacional, sino una caldera-batería de reflexiones, cuestionamientos y conflictos respecto de qué es lo humano y la humanidad, y quién o qué es más capaz de crear arte y belleza, siempre con la Inteligencia Artificial como una activa presencia.
Una propuesta ambiciosa que logra un alto porcentaje de rendimiento en un enorme galpón, instalado en un barrio que busca construir su identidad teatral y que desafía a la escena experimental y el talento de nuestros creadores.
6P NB 1A
Dramaturgia: Constanza Blanco
Dirección: Javier Ibarra y Lía Misraji
Elenco: Cia.Teatro Poiesis (Soledad Cruz, Gopal Ibarra, Noel Saint Jean, Nicolás Calderón, Carol Henríquez y Bárbara Martin)
Diseño integral: Lía Misraji y Fabián Cordero
Composición musical: Víctor Hugo Araneda
Diseño multimedia: Cristián Reyes
Realización de vestuario: Elizabeth Pérez
Jefe Técnico: Alfredo Basaure
Escenografía: Victoria Santos
Tocados y diseño gráfico: Lía Misraji, Fabián Cordero y Diego Figueroa
Asistencia dirección: Mara Ibaceta
Prensa: Claudia Palominos
Asistencia de producción: Daniela Araneda
Producción: Macarena de la Fuente
Financiamiento Fondart
Galpón San Francisco de Factoría Franklin.
Franklin 741, Santiago.
Viernes, sábado y domingo, 20.00 horas.
Entrada general $ 6.000; estudiantes y personas mayores $ 3.000 (más servicio). https://ticketplus.cl/events/
Hasta 9 octubre 2022.